La increíble y sabrosa crónica del ajiaco santafereño y de cómo lo coronaron con alcaparras y crema gracias a la hermana de Rafael Pombo
El ajiaco no se originó aquí, en la cordillera, sino a orillas del mar; nació en la gran “cocina del Caribe, madre de todas las cocinas mestizas del Nuevo Mundo”, como lo indica Lácydes Moreno Blanco (1997). Al principio se preparaba con carne cecina, cocinada junto con el ñame y la yuca; luego con...
- Autores:
-
Bermúdez Rodríguez, Mauricio
- Tipo de recurso:
- Article of journal
- Fecha de publicación:
- 2020
- Institución:
- Universidad Externado de Colombia
- Repositorio:
- Biblioteca Digital Universidad Externado de Colombia
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:bdigital.uexternado.edu.co:001/11169
- Acceso en línea:
- https://bdigital.uexternado.edu.co/handle/001/11169
https://doi.org/10.18601/01207555.n28.11
- Palabra clave:
- Ajiaco santafereño;
chronicle;
gastronomy;
kitchen;
geopolitical conditions;
identity;
cultural patrimony;
habits;
customs
Ajiaco santafereño;
crónica;
gastronomía;
cocina;
geopolítica;
identidad;
patrimonio cultural;
hábitos y costumbres
- Rights
- openAccess
- License
- Mauricio Bermúdez Rodríguez - 2020
Summary: | El ajiaco no se originó aquí, en la cordillera, sino a orillas del mar; nació en la gran “cocina del Caribe, madre de todas las cocinas mestizas del Nuevo Mundo”, como lo indica Lácydes Moreno Blanco (1997). Al principio se preparaba con carne cecina, cocinada junto con el ñame y la yuca; luego con pescado, plátanos verdes, tal vez con cola de res y tomates; mucho después algunos se prepararon con cordero, papas variopintas y gallina, además de la alegre mazorca. Navegó contra corriente por el río Magdalena, por allá y acullá trepó a la cordillera, y aquí, en Santafé, permaneció así por más de dos siglos. Pero en su corazón mestizo tenía la guasca, humilde verde hojita tan aromática que lo hace singular; y las únicas, tiernas y amarillas papas criollas, tan muiscas, tan granadinas, en fin, tan colombianas. El ajiaco fue coronado con crema y alcaparras el 11 de junio de 1877, día de un baile en Bogotá, y desde entonces se le llama, se le come y se le rinden honores como santafereño. |
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