¡Que alcance para todos! Comida y fuerza en los Andes (pueblo de los pastos)

La presente etnografía versa sobre la relevancia social de la comida y el comer en los resguardos indígenas de Pastás y Males, pertenecientes al pueblo de los pastos, ubicados en el suroccidente colombiano. El sentido de colectividad que se expresa a través de la preparación y consumo de alimentos e...

Full description

Autores:
Ortiz Hernández, Natalia
Tipo de recurso:
Fecha de publicación:
2016
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/58212
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/58212
http://bdigital.unal.edu.co/54875/
Palabra clave:
3 Ciencias sociales / Social sciences
32 Ciencia política / Political science
39 Constumbres, etiqueta, folclor / Customs, etiquette and folklore
98 Historia general de América del Sur / History of ancient world; of specific continents, countries, localities; of extraterrestrial worlds
Comida
Cocina
Trabajo
Reciprocidad
Cuerpo
Indígenas pastos
Estudios andinos
Medicina tradicional
Food, Cooking
Work
Reciprocity
Body
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:La presente etnografía versa sobre la relevancia social de la comida y el comer en los resguardos indígenas de Pastás y Males, pertenecientes al pueblo de los pastos, ubicados en el suroccidente colombiano. El sentido de colectividad que se expresa a través de la preparación y consumo de alimentos exige indagar acerca de las ideas y representaciones asociadas al cuerpo, la salud y a la vitalidad. A este respecto, el concepto local de fuerza es especialmente relevante, pues no sólo confiere habilidades físicas para el trabajo agrícola, sino que también dispone moral y emocionalmente a los individuos para la vida en el campo y anima la vida social en este territorio. Ciertos alimentos, comidas y bebidas poseen el potencial de comunicar dichas cualidades, sobre todo cuando estos son fruto de semillas nativas, o cultivados y procesados por sus mismos consumidores. Más aún, dado que la fuerza se encuentra profundamente vinculada con el pasado prehispánico, míticamente enterrado tras la conquista española (Mamián Guzmán, 2004), el trabajo agrícola también tiene la capacidad de despertarla, sacando de adentro hacia afuera todo lo que ha sido enterrado. Al ser desenterrada, la fuerza posibilita la reproducción de los alimentos. Este principio multiplicador también es puesto a circular a través de los actos de dar, compartir y consumir comida, practicados con suma ritualidad aun en su forma más cotidiana. En esta visión de mundo, la generosidad y la solidaridad se convierten en los equivalentes sociales de desenterrar la fuerza para generar abundancia y bienestar.