La evaluación en Filosofía ¿Cuáles son los aspectos didácticos y políticos de la evaluación en filosofía?
El propósito general de este ensayo es mostrar cuales son los principales aspectos didácticos y políticos de la evaluación en filosofía, puesto que, en la enseñanza de la filosofía, la evaluación en el contexto escolar resulta una tarea compleja, e involucra ciertos aspectos didácticos y políticos q...
- Autores:
-
Coral Villota, Winston Santiago
- Tipo de recurso:
- Trabajo de grado de pregrado
- Fecha de publicación:
- 2022
- Institución:
- Universidad Santo Tomás
- Repositorio:
- Repositorio Institucional USTA
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repository.usta.edu.co:11634/43976
- Acceso en línea:
- http://hdl.handle.net/11634/43976
- Palabra clave:
- Anteproyecto
Proyecto I
Proyecto II
Evaluación educativa
Evaluación en filosofía
Didáctica de la filosofía
Institucionalización de la educación
Enseñanza filosófica
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 Colombia
Summary: | El propósito general de este ensayo es mostrar cuales son los principales aspectos didácticos y políticos de la evaluación en filosofía, puesto que, en la enseñanza de la filosofía, la evaluación en el contexto escolar resulta una tarea compleja, e involucra ciertos aspectos didácticos y políticos que deben ser reconocidos y comprendidos por los profesores de manera que puedan efectuar una acción evaluativa más consciente de los procesos de enseñanza-aprendizaje. La didáctica en filosofía permite un trabajo reflexivo que conlleva a interrogarse por los fundamentos de la enseñanza, los fines educativos, los métodos, contenidos formativos, las formas de evaluación, sus campos de aplicación y sus límites, facilitando el contacto de la filosofía con la realidad social y el despliegue de la evaluación en la acción formativa. La didáctica en filosofía no busca adecuar la enseñanza a las exigencias del sistema educativo, pues ella pretende ciertamente, convertir el aula de filosofía en un espacio para la reflexión, el diálogo, la expresión del pensamiento y el libre filosofar del estudiante, sin olvidar el rigor filosófico, en donde se evalúan no sólo los saberes adquiridos mediante calificaciones, sino que además se tienen en cuenta las actitudes, la creatividad y originalidad, de aquí el carácter cualitativo y la necesidad de procesos de autoevaluación, que contribuyan a evidenciar qué se logró y cuánto se aprendió, dando un alto valor al pensamiento crítico y autoreflexivo que lleve al aprendiz a un alto desarrollo intelectual y libre pensar. Por otro lado, en cuanto a los aspectos políticos de la evaluación en filosofía, la cuestión se centra en la institucionalización de la educación y la Filosofía, los profesores tienen que cumplir una doble tarea, por un lado, la de pedagogos (formadores), y por otro, la de funcionarios del Estado (acreditadores del saber), y la evaluación se ha ubicado en este incómodo lugar, es decir, como herramienta para mejorar la enseñanza-aprendizaje y como instrumento funcional del Estado. |
---|