El modelaje social del tiempo : la institución escolar y los alumnos de origen extranjero en Francia.

El tiempo es tan inasible como el aire que se respira; sin percatamos estamos inmersos en él. Tal vez ello explica por qué el interés por el tiempo apareció tardíamente en las ciencias sociales, salvo algunas excepciones (Hall, 1959; Bachelard, 1963). Pero a partir de los años 70 abundan las investi...

Full description

Autores:
Vásquez, Ana
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
1992
Institución:
Universidad Pedagógica Nacional
Repositorio:
Repositorio Institucional UPN
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.pedagogica.edu.co:20.500.12209/5716
Acceso en línea:
http://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/RCE/article/view/5204
http://hdl.handle.net/20.500.12209/5716
Palabra clave:
Rights
openAccess
License
https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0
Description
Summary:El tiempo es tan inasible como el aire que se respira; sin percatamos estamos inmersos en él. Tal vez ello explica por qué el interés por el tiempo apareció tardíamente en las ciencias sociales, salvo algunas excepciones (Hall, 1959; Bachelard, 1963). Pero a partir de los años 70 abundan las investigaciones en las cuales se descubre el modelaje social del tiempo y se pretenden determinar los factores que hoy lo condicionan. Hoy en día sabemos que en cada sociedad el tiempo social se estructura de acuerdo con las necesidades económicas: su organización trata de responder a un proceso de producción más competitivo (Grass, 1979); ello presupone que coexistan al lado de las normas predominantes otras estructuras, según las actividades, clases sociales, regiones geográficas, etc. (Rezsohazy, 1981). Sin embargo, la estructura temporal toma características, histórica y culturalmente determinadas por el grupo social, que le asignan rasgos particulares a su adquisición y organización (Grossin, 1975). Por último, la evolución y las necesidades de las sociedades altamente industrializadas imponen la sujeción del individuo al tiempo; sin importar que en su rígida estructura el tiempo de trabajo sobrepase a los demás tiempos, de diversión, de descanso; sin que importe tampoco que en la actualidad el individuo se enfrente a la paradoja de un tiempo libre tan programado, controlado y rentable como el tiempo de trabajo (Grossin, 1986; Rezsohazy, 1986; Samuel 1984).