Modelo para la identificación de oportunidades de innovación, estudio de caso: sector agroindustrial cacao en Santander

Los primeros consumidores de cacao a nivel mundial, hace más de 2500 años, fueron los pertenecientes a la tribu Maya quienes usaban el cacao como moneda y posteriormente le concedieron diversas atribuciones especiales, asumieron que dicho fruto les otorgaba longevidad y vigorosidad, además de capaci...

Full description

Autores:
Cepeda Florián, Luz Angélica
Estupiñán Probst
Tipo de recurso:
Trabajo de grado de pregrado
Fecha de publicación:
2018
Institución:
Universidad Cooperativa de Colombia
Repositorio:
Repositorio UCC
Idioma:
OAI Identifier:
oai:repository.ucc.edu.co:20.500.12494/12060
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/20.500.12494/12060
Palabra clave:
Cacao fino y de aroma
Competitividad
Productividad
Innovación
Rights
openAccess
License
Atribución – No comercial – Sin Derivar
Description
Summary:Los primeros consumidores de cacao a nivel mundial, hace más de 2500 años, fueron los pertenecientes a la tribu Maya quienes usaban el cacao como moneda y posteriormente le concedieron diversas atribuciones especiales, asumieron que dicho fruto les otorgaba longevidad y vigorosidad, además de capacidades curativas y relajantes; igualmente fabricaban bebidas con cacao a las que llamaban chocolha, estas eran amargas y únicamente podían ser consumidas por reyes y nobles (Thompson, 1997)El origen de la palabra cacao paso al castellano como transformaciones de los vocablos mayas “Kaj” amargo y “kab” jugo; así como la plabara “chocolate” de los vocablos “chacau” cosa caliente y “kaa” bebida. (Enriquez, 1985). Según (de Durand-Forest, 1967)el imperio Azteca consideraba el aspecto del árbol del cacao como una divinidad y como consecuencia la bebida otorgada por su fruto confería poderes de sabiduría, de allí viene el nombre de Theobroma a la planta cuyo significado es alimento de los dioses. Debido a que estos cultivos solo crecían en zonas tropicales los aztecas decidieron enviar a sus tropas para conquistar áreas cercanas en donde sí podrían sembrar para obtener estos frutos. Cerca de los años 1700 el chocolate como bebida con la preparación dulce lograda por españoles se convierte en un bien económico por su alto precio en Inglaterra, Francia y Alemania, haciendo del cacao un fruto muy apetecido; dando como resultado la pérdida del control de la producción exclusiva de España en sus colonias en el caribe, en razón a que la zona europea no contaba con el ambiente propenso para que la planta diera cosecha, entonces se tomó como medida llevar las semillas de cacao a terrenos cercanos y con alguna relación comercial y fue así como llegaron los primeros granos de cacao al continente africano en la Costa de Oro (Ghana – Fernando Poo), donde con el pasar de los años estos cultivos se extendían y tomaron mayor auge especialmente en países como Nigeria, Costa de Marfil y el Congo Belga. (Enríquez, 1985) El desarrollo de las rutas comerciales y del cacao como un fruto con alta demanda, generó su expansión a diferentes partes del mundo, con múltiples de condiciones de cultivo, dando como resultado las variedades y calidades que se intercambian en la actualidad con diversos fines. Actualmente los países productores de cacao reconocidos son: Costa de Marfil, Ghana, Indonesia, Malasia, Ecuador, Brasil y Colombia, aportando aproximadamente el 90% del cacao a nivel global. El cacao es originario de América del Sur, en el área del Alto Amazonas, en regiones cálidas y húmedas que comprende países como Colombia, Perú y Brasil entre los 10° al norte y 10° al sur del Ecuador, los cuales cultivan granos de cacao que son materia prima para la elaboración de confitería, industrias alimentarias y cosmetológicas. Según investigaciones de Swiss Contact revela que a finales de 2015 la producción mundial representa un 90% donde su mayor acopio proviene de tres países los cuales son Costa de Marfil (42,4%), Ghana (21,2%) e Indonesia (7,6%) representando aproximadamente el 71,2%, el 21% restante lo conforman Ecuador (5,9%), Brasil (5,4%) y Nigeria (4,6%) (Rios, Franz, 2017).