Sostenibilidad ambiental de la producción de quinua (Chenopodium quinoa Willd.) en los valles interandinos del Perú

En los últimos diez años, la producción de quinua en el Perú se ha intensificado, pasando de las prácticas tradicionales a sistemas de producción tecnificada en función de la demanda del mercado, lo que ha ocasionado cambios en términos económicos, sociales y, principalmente, ambientales. El objetiv...

Full description

Autores:
Pinedo Taco, Rember Emilio
Gómez Pando, Luz Rayda
Julca Otidiano, Alberto Marcial
Tipo de recurso:
Article of investigation
Fecha de publicación:
2020
Institución:
Agrosavia
Repositorio:
Agrosavia
Idioma:
spa
eng
OAI Identifier:
oai:repository.agrosavia.co:20.500.12324/36410
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/20.500.12324/36410
https://doi.org/10.21930/rcta.vol21_num3_art:1309
Palabra clave:
Fertilidad del suelo - P35
Chenopodium quinoa
conservación de suelos
desarrollo sostenible
fertilidad del suelo
sistemas de producción
Transitorios
Rights
License
Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International
Description
Summary:En los últimos diez años, la producción de quinua en el Perú se ha intensificado, pasando de las prácticas tradicionales a sistemas de producción tecnificada en función de la demanda del mercado, lo que ha ocasionado cambios en términos económicos, sociales y, principalmente, ambientales. El objetivo de la investigación fue determinar los índices de sostenibilidad ambiental en tres comunidades productoras de quinua de la zona altoandina del departamento de Ayacucho, Perú. Bajo el enfoque metodológico de análisis multicriterio, se construyó una escala en porcentaje de valoración de sostenibilidad, siendo el valor cero (0) no sostenible, y 100 el umbral máximo de sostenibilidad. Para ello, se aplicaron encuestas con preguntas estructuradas en la dimensión ambiental. Los sistemas de producción de quinua alcanzan un Indicador Ambiental (IA) de 49,43 % o un rango de sostenibilidad baja. La variable de mayor contribución fue el riesgo de erosión (51,28 %), seguido del manejo de biodiversidad (48,68 %) y la conservación de la vida del suelo (48,32 %).