Estudio del desempeño mecánico y ambiental de los motores de encendido por comprensión al utilizar biodiesel como combustible

Los biocombustibles son alcoholes, éteres, ésteres y otros compuestos químicos, producidos a partir de biomasa, como las plantas herbáceas y leñosas, residuos de la agricultura y actividad forestal, y una gran cantidad de desechos industriales, como los desperdicios de la industria alimenticia. El t...

Full description

Autores:
Tipo de recurso:
Fecha de publicación:
2004
Institución:
Universidad Tecnológica de Bolívar
Repositorio:
Repositorio Institucional UTB
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.utb.edu.co:20.500.12585/3204
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/20.500.12585/3204
Palabra clave:
Motores (mecánica)
Combustibles diésel
Motores diésel
Combustibles para motores
Motores de combustión interna
Contaminación del aire
Gases de escape en automóviles
Rights
openAccess
License
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
Description
Summary:Los biocombustibles son alcoholes, éteres, ésteres y otros compuestos químicos, producidos a partir de biomasa, como las plantas herbáceas y leñosas, residuos de la agricultura y actividad forestal, y una gran cantidad de desechos industriales, como los desperdicios de la industria alimenticia. El término biomasa hace referencia a toda materia que puede obtenerse a través de fotosíntesis. La mayoría de las especies vegetales utilizan la energía solar para crear azúcares, partiendo de sustancias simples como el agua y el dióxido de carbono, almacenando esta energía en forma de moléculas de glucosa, almidón, aceite, etc. Entre los biocombustibles podemos incluir al biodiesel, bioetanol, biometanol, y muchos otros. Los dos productos más desarrollados y empleados de esta clase de combustibles son, el biodiesel y el bioetanol. La idea de utilizar productos vegetales en el corazón mismo del motor no es ninguna novedad. Sólo con citar la experiencia del creador del motor de encendido por compresión, o motor diesel, el propio Rudolf Diesel, quien utilizó aceite de maní para impulsar una de sus creaciones en la exposición de París de 1900, nos indica, que las raíces de este asunto se remontan un centenar de años atrás. Durante estos cien años, y fundamentalmente, en la segunda mitad del siglo veinte, se sucedieron un sin fin de investigaciones y experiencias, las que llevaron como estandarte la frase “el aceite de cocina será el combustible del futuro”, a la cual se le ha otorgado un significativo impulso en estos últimos años.[1]