Patrimonio funerario en la región vallenata: un recorrido por la arquitectura y la música.

Sin emociones, ninguna historia seria contada, sin risas no se disfrutaría la euforia de un buen festival, sin lágrimas no daríamos valor a la vida y el tiempo, sin la muerte no se haría honor a un legado. Radica en las emociones del ser humano, su cultura y su tradición, las cuales son llevadas a e...

Full description

Autores:
Tipo de recurso:
Tesis
Fecha de publicación:
2023
Institución:
Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano
Repositorio:
Expeditio: repositorio UTadeo
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:expeditiorepositorio.utadeo.edu.co:20.500.12010/31532
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/20.500.12010/31532
Palabra clave:
Cementerios
Patrimonio funerario
Vallenato
Protección del patrimonio cultural -- Colombia -- Tesis y disertaciones académicas
Música vallenata -- Aspectos culturales -- Tesis y disertaciones académicas
Identidad cultural - Valledupar (Colombia) -- Tesis y disertaciones académicas
Vallenata music
Rights
License
Abierto (Texto Completo)
Description
Summary:Sin emociones, ninguna historia seria contada, sin risas no se disfrutaría la euforia de un buen festival, sin lágrimas no daríamos valor a la vida y el tiempo, sin la muerte no se haría honor a un legado. Radica en las emociones del ser humano, su cultura y su tradición, las cuales son llevadas a espacios físicos que comúnmente conocemos como: arquitectura. Es importante plantear una pregunta en general: ¿Cómo es el imaginario de los cementerios? Hondear en el colectivo de estos estos lugares funerarios y su importancia, es otra forma de reconocer que la cultura está embebida en la arquitectura, sin importar su monumentalidad, sino como las personas interactúan en ella, dando vida incluso a la muerte. En 2015, UNESCO declara el vallenato como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, como medida de salvaguardia, ya que su importancia ha sido dejada de lado debido a temas de comercialización. Hoy en día aquello que solía ser un ritmo que unía familias, vecinos, amigos, barrios, incluso desconocidos, es convertido en motivo de conflicto y cotilleo, abandonando su esencia, la que cantaba y componía melodías incluso a la naturaleza. Cuando un juglar o personaje apasionado al vallenato fallecía, era enterrado y enaltecido bajo el manto de aquello que le apasionaba, su música vallenata; se les componían canciones, tal como lo hizo Rafael Escalona a su gran amigo Jaime molina, en la canción que lleva su nombre: “Ahora prefiero esta condición, Que él me hiciera el retrato y no sacarlo el son”.