El impacto de la teoría de la retardación biológica del ser humano (neotenia) para la antropología.

El objetivo de este proyecto es analizar el impacto de la teoría de la retardación biológica del ser humano (neotenia) para la antropología. Parte de la tesis biológica propuesta en 1926 por L. Bolk en donde la fetalización de la forma del ser humano, es producida por la retardación de su desarrollo...

Full description

Autores:
William Mauricio, González Velasco
Tipo de recurso:
Informe
Fecha de publicación:
2019
Institución:
Universidad del Valle
Repositorio:
Repositorio Digital Univalle
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:bibliotecadigital.univalle.edu.co:10893/14464
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/10893/14464
Palabra clave:
Antropología filosófica
Ser humano
Neotenia
Rights
openAccess
License
http://purl.org/coar/access_right/c_abf2
Description
Summary:El objetivo de este proyecto es analizar el impacto de la teoría de la retardación biológica del ser humano (neotenia) para la antropología. Parte de la tesis biológica propuesta en 1926 por L. Bolk en donde la fetalización de la forma del ser humano, es producida por la retardación de su desarrollo. L. Bolk, sin ser un anti evolucionista, nunca consideró, sin embargo, que la evolución fuese un fin, sino un principio. Sus observaciones etológicas mostraron la cercanía inédita que hay entre el feto de chimpancé y el adulto humano y comprobó que la fetalización de la estructura humana es la característica principal de la antropogénesis. El ser humano es un animal neoténico, un ser que puede reproducirse siendo aún larvario. L. Bolk fue criticado por atribuir al sistema endocrino las causas de esta retardación. Por eso metodológicamente hemos comparado y completado sus análisis con otros más contemporáneos: los de los biólogos y paleontólogos S. J. Gould y J. Chaline que nos permiten decir que hay saltos evolutivos que producen, avances y retrocesos llamados en biología, heterocronías. Los responsables de estas heterocronias son genes hox que hoy comienzan a ser estudiados. Metodológicamente, no se no se trata de reemplazar la endocrinología por la genética; sino de mostrarle al público de las ciencias humanas y sociales, que hoy los biólogos consideran que lo epigenético, juega un papel importante en nuestras modificaciones: la prueba es la existencia de genes termoreguladores, que producen cambios internos a un organismo, siempre en conexión con agentes externos, que pueden ser la temperatura o la tectónica de placas. Ahora es posible concluir desde el punto de vista biológico que no hay retardación general como L. Bolk lo pensó, sino velocidades variables del desarrollo o heterocronías. Es porque el hombre se volvía humano, es decir, fetalizado en su estructura corporal, que se puso de pie y no lo inverso. La morfología de un individuo resulta de un juego entre muchos pequeños relojes internos vivientes (J. Chalines), que intervienen a través de una secuencia programada que es muy rigurosa y funciona a velocidades y aceleraciones diferentes. La velocidad de desarrollo de un organismo, puede ser reducida en la desaceleración o aumentada en la aceleración. La duración del desarrollo (heterocronía), puede ser recortada en la hipomorfosis o prolongada en la hipermorfosis. La señal del comienzo del desarrollo puede ser avanzada (pre-desplazamiento) o retardada (post-desplazamiento). Si entre más avanza el tiempo, más nos fetalizamos, eso quiere decir que seremos por siempre niños. L. Bolk, S. J. Gould y J. Chaline, comparten el hecho que el ser humano es un aborto crónico de la naturaleza.