RD Cantar de los cantares

La mujer es la puerta de entrada al Cantar, con ella debemos pasar de la mujer tratada siempre como menor de edad, que vale con referencia a los varones y la valoración que ellos le dan; a la mujer que se autoafirma en lo que ella es y partiendo de su propia dignidad: “YO SOY una muralla, y mis pech...

Full description

Autores:
Fundación Universitaria Claretiana
Tipo de recurso:
Work document
Fecha de publicación:
2009
Institución:
Claretiana
Repositorio:
Claretiana
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.uniclaretiana.edu.co:123456789/1620
Acceso en línea:
https://repositorio.uniclaretiana.edu.co/handle/123456789/1620
Palabra clave:
Cantar de los cantares
Rights
restrictedAccess
License
http://purl.org/coar/access_right/c_16ec
Description
Summary:La mujer es la puerta de entrada al Cantar, con ella debemos pasar de la mujer tratada siempre como menor de edad, que vale con referencia a los varones y la valoración que ellos le dan; a la mujer que se autoafirma en lo que ella es y partiendo de su propia dignidad: “YO SOY una muralla, y mis pechos, como torres” (Ct 8, 10). De la mujer que no puede expresar con libertad su palabra, a la mujer que es mediadora, portadora de la voz del hombre. Es decir a través de su voz se cuenta lo que el hombre dice (Ct 2, 10-14). De la mujer, propiedad del varón a la mujer dueña de sí misma: “MI PROPIA viña es para mí” (Ct 1, 6 y 8, 12). De la mujer limitada al espacio privado del hogar y del marido; a la mujer nunca aprisionada, que va por campos y ciudades; que entra y sale y está siempre en camino buscando a su amado. El Cantar de los Cantares, es la Carta magna de la liberación y empoderamiento femenino. Él cuerpo de la mujer es una explosión máxima de sensaciones y erotismo: besar, acariciar, llorar, correr, beber, mirar, reposar, amar, enfermarse de amor, dormir... son símbolo de un cuerpo vivo, libre y deseoso de amor no manipulable. El cantar de los cantares, cuya traducción del hebreo es el cantar más bello, es uno de los libros más comentados del Primer Testamento a pesar de ser tan corto: 117 versículos. Existen grandes obras místicas, como las de San Juan de la Cruz y Santa Teresa que reflejan una relación íntima con el texto. También la literatura “profana” ha encontrado en el Cantar de los Cantares inspiración.