RD Cristología

Creemos que un curso de cristología es útil y necesario porque puede presentar a Cristo de tal manera que ello sea beneficioso para la fe de los creyentes, para la vida de la Iglesia y para la configuración de la historia. Pero antes que nada es importante tener claro que, como lo afirma Ch. Duquoc,...

Full description

Autores:
García Rodríguez, Ángel Iván CMF
Tipo de recurso:
Work document
Fecha de publicación:
2016
Institución:
Claretiana
Repositorio:
Claretiana
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.uniclaretiana.edu.co:123456789/1592
Acceso en línea:
https://repositorio.uniclaretiana.edu.co/handle/123456789/1592
Palabra clave:
Misión de Jesús
Cristianismo
Teología
La cruz
Rights
restrictedAccess
License
http://purl.org/coar/access_right/c_16ec
Description
Summary:Creemos que un curso de cristología es útil y necesario porque puede presentar a Cristo de tal manera que ello sea beneficioso para la fe de los creyentes, para la vida de la Iglesia y para la configuración de la historia. Pero antes que nada es importante tener claro que, como lo afirma Ch. Duquoc, las cristologías son “construcciones transitorias que utilizan instrumentos conceptuales contingentes”; es decir, que son por su naturaleza, conceptualmente limitadas. Pero más allá de esta limitación, la cristología puede ser útil para cosas buenas, aunque también pude ser utilizada para cosas dañinas, lo cual no debiera extrañar, pues, siendo hecha por seres humanos, está también sujeta a la pecaminosidad y la manipulación. No hay que olvidar que a lo largo de la historia ha habido cristologías heréticas que han recortado la verdad total de Cristo y, lo que es peor, que ha habido cristologías objetivamente nocivas, que han presentado a un Cristo distinto y aun objetivamente contrario a Jesús de Nazaret. Recordemos que nuestro continente cristiano ha vivido siglos de opresión inhumana y anticristiana sin que la cristología, al parecer, se diera por enterada y sin que supusiera una denuncia profética en nombre de Jesucristo. A ese paso, aun en sus formas más ortodoxas, la cristología puede convertirse en mecanismo para que la fe no se oriente a que los creyentes reproduzcan en sus vidas la realidad de Jesús y a que no construyan en la historia el reino de Dios, anunciado por Jesús. Con este precedente, vemos que es necesario un curso de Cristología que aborde y despeje tres sospechas que ya consignaba J. Sobrino: 1) El hecho de que en muchas cristologías a Cristo se lo reduce a una sublime abstracción. Es verdad que Cristo es algo sublime, indescriptible, inabarcable por las categorías humanas; pero esa sublimidad no puede abstraerlo a él ni a nosotros de su realidad humana, de su origen histórico, de su pasión y de su cruz que siguen siendo para nosotros un desafío permanente en la historia. 2) El aspecto de reconciliador universal de Jesús: no es posible pasar a una verdad escatológica que no toque la verdadera realidad histórica. La reconciliación en Jesús no puede ignorar la predicación de Jesús, su ministerio a favor del empobrecido y sus malaventuranzas contra los ricos y poderosos. 3) Una tercera sospecha tiene que ver con la tendencia a absolutizar a Cristo. Se quiere decir que el encuentro con el “Tú” de un Cristo absolutizado justifica la religiosidad privada carente de compromisos con el Jesús histórico y sobre todo con el otro referente histórico imprescindible que es mi prójimo.