Chimeras: an alternative for studying zebrafish pronephric tubule development in vivo.

El desarrollo renal consta de tres estadios: pronefros, mesonefros, y metanefros. En el ámbito académico, el pronefros llama especial atención debido a su simplicidad, la cual es conveniente para estudios renales en etapas tempranas. En particular, el pez cebra ha sido postulado como un modelo anima...

Full description

Autores:
Bacca González, Luisa Fernanda
Tipo de recurso:
Trabajo de grado de pregrado
Fecha de publicación:
2022
Institución:
Universidad de los Andes
Repositorio:
Séneca: repositorio Uniandes
Idioma:
eng
OAI Identifier:
oai:repositorio.uniandes.edu.co:1992/55393
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/1992/55393
Palabra clave:
Microinyección
Transgénicos
Transferencia de blastómeros
Peces cebra
Pronefros
Biología
Rights
openAccess
License
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
Description
Summary:El desarrollo renal consta de tres estadios: pronefros, mesonefros, y metanefros. En el ámbito académico, el pronefros llama especial atención debido a su simplicidad, la cual es conveniente para estudios renales en etapas tempranas. En particular, el pez cebra ha sido postulado como un modelo animal para estudiar las nefronas, debido a su similitud estructural con mamíferos. Sin embargo, hay insuficiente información acerca de cómo el pronefros de este animal se forma y adquiere su funcionalidad. Estudios en esta área han usado técnicas como transgénicos, hibridaciones in situ, y morfolinos. Sin embargo, raramente metodologías como quimeras, fotoconversión Kaede, o zebrabow. Por tal motivo, nosotros evaluamos y estandarizamos el uso de quimeras para estudiar el desarrollo del túbulo pronéfrico del pez cebra. Para ello, transferimos blastómeros transgénicos (Beta-actina) a individuos silvestres para crear quimeras pronéfricas de pez cebra. La estandarización del proceso señaló que el mejor estadio para realizar la extracción celular era entre 3.5 a 4 hdf. Asimismo, indicó que parámetros como el diámetro de la aguja, y la velocidad de inyección/extracción eran cruciales para la supervivencia. Nuestros principales blancos fueron los destinos ectodermales (48%), seguidos de los somíticos (30%), notocordales (12%), y del mesodermo intermedio (10%). Las células transferidas que contribuían a los túbulos pronéfricos formaban epitelios con sus vecinas silvestres y transgénicas. Lo anterior demuestra la capacidad de estas células para adaptar su morfología y función dependiendo de las señales que reciben. Finalmente, concluimos que inyectar células donde los progenitores renales residen posee mayor dificultad que para otras estructuras como el tubo neural, epitelio dermal, y somitas. No obstante, es lograble y su uso debe ser propiciado, dado que es una metodología que permitiría responder muchas más preguntas en el área celular y del desarrollo.