Geografismos: aproximaciones sobre la impermanencia del paisaje

Un horizonte, un estrato, un nuevo entendimiento. El Antropoceno, una nueva capa geológica que refleja una perturbación nunca antes experimentada por el planeta. Así entonces se habla más comúnmente de cambio climático, entendido como el cambio de unas dinámicas atmosféricas y fenomenológicas. Hacem...

Full description

Autores:
Eslava Tovar, Daniel Felipe
Tipo de recurso:
Trabajo de grado de pregrado
Fecha de publicación:
2022
Institución:
Universidad de los Andes
Repositorio:
Séneca: repositorio Uniandes
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.uniandes.edu.co:1992/64068
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/1992/64068
Palabra clave:
Landscape
Antropoceno
La Guajira
Sal
Poéticas del paisaje
Desierto
Arquitectura
Rights
openAccess
License
Attribution-NoDerivatives 4.0 Internacional
Description
Summary:Un horizonte, un estrato, un nuevo entendimiento. El Antropoceno, una nueva capa geológica que refleja una perturbación nunca antes experimentada por el planeta. Así entonces se habla más comúnmente de cambio climático, entendido como el cambio de unas dinámicas atmosféricas y fenomenológicas. Hacemos parte de un lugar donde las dimensiones espaciales estás dadas por las prácticas extractivistas que nos conforman: lo metafísico desaparece y la memoria parece irrelevante al momento de entender un paisaje. Hoy se experimenta una amnesia espacio-social controlada, pues la velocidad es el nuevo orden mundial y la eficiencia el equivalente de poder. Este es el caso de Manaure: un pueblo que nace desde una de las prácticas económicas más antiguas, la extracción de sal. Un lugar habitado aproximadamente desde 150 a.C. que actualmente es el mayor productor de sal de Colombia, generando aproximadamente el 70% de la sal para consumo doméstico y agropecuario. Una industria asentada sobre unas prácticas tradicionales que han sufrido presiones económicas y políticas, erosionando el paisaje y las dinámicas sociales y culturales. La aproximación busca la reconfiguración de un paisaje deshumanizado. Allí donde la desaparición de los rituales y el desarraigo de la memoria ha marcado una nueva dinámica de habitar el espacio. A esto se opone la premisa de reivindicar las poéticas del habitar. Por esto nace la idea de una serie de dispositivos o refugios con unas capacidades tanto sociales como ecosistémicas se vuelve el detonante de la arquitectura. Así la intervención acoge las distintas escalas que el paisaje propone, interpreta un horizonte líquido y granular que cambia constantemente y recompone la preexistencia de prácticas artesanales. El proyecto busca cuestionar dicho acercamiento al espacio de la condición industrial cuya visión no busca algo más allá de una relación impersonal con el lugar. Se trata entonces de un retorno, un lento regreso a la idea de habitar un paisaje, un paisaje más allá de la contemplación misma: arquitectura paisaje y sociedad coexisten como agentes activos en la formación del paisaje. Se pretende una arquitectura que establece unas referencias con masas que se erigen de la tierra, se funden y mueren en ella misma. Una nueva capa geológica.