De la (im)permanencia a la construcción del horizonte

Bahía Málaga actualmente está enfrentando una grave crisis de salud pública y ambiental debido a la elevada contaminación que afecta sus costas. La mayoría de los desechos que llegan a estas áreas son residuos plásticos que han recorrido largas distancias en el mar, transportando líquidos peligrosos...

Full description

Autores:
García Zúñiga, Laura Andrea
Tipo de recurso:
Trabajo de grado de pregrado
Fecha de publicación:
2023
Institución:
Universidad de los Andes
Repositorio:
Séneca: repositorio Uniandes
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.uniandes.edu.co:1992/73615
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/1992/73615
Palabra clave:
Arquitectura
Sostenibilidad
Pacífico
Contaminación
Autogestión
Paisaje
Ecosistemas
Sistema
Arquitectura
Rights
openAccess
License
Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International
Description
Summary:Bahía Málaga actualmente está enfrentando una grave crisis de salud pública y ambiental debido a la elevada contaminación que afecta sus costas. La mayoría de los desechos que llegan a estas áreas son residuos plásticos que han recorrido largas distancias en el mar, transportando líquidos peligrosos, objetos perdidos y redes de pesca, lo que tiene un impacto directo en el ecosistema marino y, a su vez, en las condiciones de vida de sus habitantes en el que el humano, el residuo y el animal conviven constantemente. Los acantilados en la costa pacífica colombiana suelen estar considerablemente apartados de los principales pueblos, lo que contribuye a su invisibilidad y, como resultado, a la acumulación de residuos. Además de esta condición, debido a su ubicación geográfica, están directamente expuestos al intenso oleaje, lo que incrementa la llegada de nuevos objetos que quedan enterrados entre la arena que rodea estas formaciones rocosas La importancia del acantilado en el horizonte del Pacífico es fundamental, ya que representa el choque entre la actividad humana y el mar. A pesar de carecer de intervenciones arquitectónicas, su papel es esencial en un entorno que enfrenta desafíos como la contaminación. Siendo un entorno rocoso, elevado y dinámico, este paisaje puede experimentar alteraciones significativas que marcarían un punto de inflexión. Construir en él no implica su destrucción, sino más bien el desarrollo de estrategias resilientes que fomenten la colaboración entre diversos actores sociales. Estas estrategias podrían contribuir a la creación y preservación del horizonte costero, siendo un punto de encuentro para la armonía entre la naturaleza y el humano. El humano habita entre lo construido y lo natural, a través de esto se generan nuevas espacialidades y a su vez nuevas formas de habitar. Comprender las dinámicas en las que los recicladores y pescadores se relacionan con su entorno y la exposición en la que conviven día a día se convierte en un parámetro de diseño de las fachadas. Por un lado, La estructura en sí misma se convierte en la fachada, a través de ella el horizonte se despliega y dentro se convierte en un lienzo. Los pescadores, y recicladores pueden adaptar sus necesidades, costumbres y su esencia en cualquier vacío. Además, La piedra actúa como un manto que envuelve, donde el agua, el musgo, la humedad y los reflejos convocan un encuentro en cualquier espacio. Revelar este entorno topográfico rinde homenaje a aquello que no se puede controlar. Nuevas formas comienzan a emerger, lo que da lugar a diferentes maneras de habitar. Las exploraciones parten desde una base simple para progresivamente complejizar el edificio, convirtiéndolo en una máquina adaptada las necesidades específicas del lugar. Este edificio sirve tanto como un centro de reciclaje que lleva los desechos recogidos de las playas y los transforma en productos útiles mediante su proceso ascendente a través del edificio, lo cual contribuye a la economía local. Además, funciona como un refugio, centro de capacitación y preparación para los pescadores locales, estableciendo un estrecho vínculo entre estos dos actores. Los pescadores y recicladores forman parte de la consolidación del edificio como un punto estratégico para fomentar un cambio en el ecosistema y la creación de nuevas tradiciones que se comprometan con la crisis climática relacionada con los residuos plásticos, que afecta día a día el ecosistema marino y el entorno en que habitan. A través de la sinergia, el edificio funcionará como un motor de vida, actividad y resiliencia.