Empresarios colombianos del siglo XIX

Este libro cuenta la vida de Carlos Coriolano Amador, Juan Bautista Mainero, Pepe Sierra y Marco A. Restrepo Jaramillo, dueños de grandes fortunas del siglo pasado y de la primera mitad del siglo XX. ¿Empresarios? Todos podemos definir uno: ¿un interesado en el lucro y la ganancia por medio de la in...

Full description

Autores:
Molina Londoño, Luis Fernando
Tipo de recurso:
Book
Fecha de publicación:
2006
Institución:
Universidad de los Andes
Repositorio:
Séneca: repositorio Uniandes
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.uniandes.edu.co:1992/46568
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/1992/46568
Palabra clave:
Empresarios
Colombia
Siglo XX
Riesgos
Cartagena
Administración
Rights
openAccess
License
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
Description
Summary:Este libro cuenta la vida de Carlos Coriolano Amador, Juan Bautista Mainero, Pepe Sierra y Marco A. Restrepo Jaramillo, dueños de grandes fortunas del siglo pasado y de la primera mitad del siglo XX. ¿Empresarios? Todos podemos definir uno: ¿un interesado en el lucro y la ganancia por medio de la innovación permanente, aumento continuo de la producción e incorporación de procesos administrativos sistemáticos¿. Pero en este libro no hay ningún propósito ideal. Entonces, ¿Cómo eran? ¿Vulgares monopolistas? Si, algunos remataban rentas fiscales, casi todos coleccionaban minas, fincas, bosque ecuatorianos, destartaladas mansiones y lotes en Cartagena, e intentaron dominar sectores. Pero los empresarios no siempre se comportaban así. De vez en cuando fueron amigos del gobierno pero, en general, desconfiaban de la política. Por el medio en que vivieron les tocó ser versátiles, pero a unos les fue mejor en ciertos negocios. Cada uno tuvo sus negocios de corazón. A Sierra no le gusto el café ¿negocio de pobres¿, decía. ¿Se restringían a Colombia? Parece que sí, Restrepo trabajaba en Ecuador pero como paisa. Mainero hizo setenta viajes a Italia pero siguió comprando y comprando a Cartagena. Amador desconfiaba de los capitalistas extranjeros, aunque les pagaba intereses más bajos. De este libro se concluye que el empresario puro es una figura ideal sin vida en el mundo real. Pero todos estos personajes fueron capaces de tomar riesgos y de montar empresas nuevas. Aunque desparecidos ya, dejaron verdaderas empresas.