Severo sancocho

Severo sancocho, se compone de una serie de esculturas de técnica mixta que retrata la mezcla cultural de Colombia, desde una perspectiva principalmente espiritual/religiosa. La población de Colombia al igual que la del resto de América, consta de una combinación de diferentes culturas (indígenas, e...

Full description

Autores:
Negret Prada, Mateo
Tipo de recurso:
Trabajo de grado de pregrado
Fecha de publicación:
2017
Institución:
Universidad de los Andes
Repositorio:
Séneca: repositorio Uniandes
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.uniandes.edu.co:1992/39920
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/1992/39920
Palabra clave:
Simbolismo en el arte
Analogía (Religión)
Evidencia en el arte
Arte
Rights
openAccess
License
Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional
Description
Summary:Severo sancocho, se compone de una serie de esculturas de técnica mixta que retrata la mezcla cultural de Colombia, desde una perspectiva principalmente espiritual/religiosa. La población de Colombia al igual que la del resto de América, consta de una combinación de diferentes culturas (indígenas, europeas y africanas) cuyos imaginarios y sus mitos fundamentales se confunden creando todo tipo de rituales y costumbres que muchas veces se contradicen entre sí. Es así como Severo Sancocho se construye así misma como una representación plástica de un uróboros, de una serpiente que se come a sí misma. Conceptos y creencias sobre un modo de vivir que se superponen los unos a los otros, tratando de legitimarse constantemente como la forma correcta de vivir. Cemento como civilización y como limpieza antiséptica asociada a un dios único y verdadero pero a su vez como esterilidad y muerte. Vegetación como vida y diversidad asociada a deidades indígenas pero de igual manera como subdesarrollo y peligro, como misterio pagano y prohibido. El reciclaje de los símbolos sagrados en símbolos comerciales o institucionales, cruces culpables y máscaras culpadas, la muerte como maestra y la muerte como tabú. Sin embargo más allá de ser una mera representación, la obra es un hechizo que pretende recuperar el derecho perdido al ejercicio de la magia. Así como se reemplazó la naturaleza sagrada de un cerro por la de una virgen a manera de conjuro, que se vuelva a ejercer el hechizo en modo contrario realizando un ejercicio de decapitación del símbolo dominante para enmascararlo de nuevo con el símbolo olvidado. Un hechizo que nos devuelva como colectivo dentro del territorio que llamamos Colombia, la capacidad de entendernos a nosotros mismos y a nuestro entorno dentro de todas la posibilidades humanas y más allá de las limitaciones lógicas que nos plantea la reciente fe en la ciencia de origen europeo. De alguna manera devolvernos el derecho a creer y crear nuestras propias concepciones.