El violinista en el tejado- Fyedka- Juan Manuel García Gómez

Contexto histórico y cultural Cuando empecé a trabajar en El violinista en el tejado, me sumergí en el contexto histórico de la Rusia de 1905, en el pueblo ficticio de Anatevka. Aprendí sobre la división religiosa entre las comunidades judía y cristiana ortodoxa bajo el régimen zarista, y cómo estas...

Full description

Autores:
García Gómez , Juan Manuel
Tipo de recurso:
https://purl.org/coar/resource_type/c_7a1f
Fecha de publicación:
2024
Institución:
Universidad El Bosque
Repositorio:
Repositorio U. El Bosque
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unbosque.edu.co:20.500.12495/14496
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/20.500.12495/14496
Palabra clave:
Bitacora
Creación de personaje
Actuación
Rusia
Judíos
792.09
log
Character creation
Acting
Rusia
Jews
Rights
License
Attribution-ShareAlike 4.0 International
Description
Summary:Contexto histórico y cultural Cuando empecé a trabajar en El violinista en el tejado, me sumergí en el contexto histórico de la Rusia de 1905, en el pueblo ficticio de Anatevka. Aprendí sobre la división religiosa entre las comunidades judía y cristiana ortodoxa bajo el régimen zarista, y cómo estas tensiones moldeaban la vida de los personajes. Mi personaje, Fyedka, es un joven soldado ruso del Ejército Blanco -educado, disciplinado y empático- que intenta comprender al pueblo al que debe vigilar. Proceso de caracterización Crear el aspecto de Fyedka fue todo un reto. Al principio llevaba un corte de pelo militar moderno, pero no encajaba con el contexto histórico, así que cambié a un corte más largo y cuidado. Su traje -principalmente azul oscuro con detalles dorados- pretendía mostrar su estatus y su diferencia con los aldeanos judíos. Su postura era muy erguida, pero la suavicé cuando estaba cerca de Jhava, mostrando su vulnerabilidad y amor. Mi viaje personal Al principio, la obra no me entusiasmaba: esperaba algo más convencional y me costó conectar con el material y el grupo. Pero cuando empecé a ensayar escenas con Catalina (que interpretaba a Jhava), empecé a entender y sentir la historia. Su compromiso me ayudó a abrirme y construimos algo real en el escenario. Al final asumí la responsabilidad de mi trabajo y me alegré de apoyar a mis compañeros. Verlos me inspiró para profundizar en la obra. Reflexión final Este proceso me enseñó que la transformación es posible, no sólo para los personajes, sino también para los actores. Pasé de la frustración y el desinterés al crecimiento y el aprecio. Aprendí a ser empático, disciplinado y colaborador. Agradezco a mi directora, Laura Eslava, que nos guiara con amabilidad y paciencia. Sus palabras se me quedaron grabadas: «La obra llega a ti cuando tiene que llegar, y por una razón única para cada uno de nosotros». Este papel me desafió, me cambió y, en definitiva, me recordó por qué me gusta actuar.