Una alternativa literaria para la literatura

Después del fervor casi místico que durante tanto tiempo caracterizó la búsqueda de los fundamentos del arte, una nueva perspectiva sociológica vino a poner las cosas en su sitio. Contraria a todo esencialismo estético, esa perspectiva mostró que las reglas del arte pertenecen a este mundo, que son...

Full description

Autores:
Urueta Gutiérrez, Fernando
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
2008
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/26358
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/26358
http://bdigital.unal.edu.co/17404/
Palabra clave:
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:Después del fervor casi místico que durante tanto tiempo caracterizó la búsqueda de los fundamentos del arte, una nueva perspectiva sociológica vino a poner las cosas en su sitio. Contraria a todo esencialismo estético, esa perspectiva mostró que las reglas del arte pertenecen a este mundo, que son reglas determinadas por sujetos y asociaciones reales. El campo artístico no es, como se creía, un recinto sagrado, sino una institución profana de fuerzas en conflicto. Las posiciones que se adoptan en él, y las disposiciones, dependen del patrimonio cultural que han heredado o acumulado quienes lo conforman: pintores, escritores, público, editores, galeristas, críticos, impresores, marchantes, periodistas, etc. Ese patrimonio es simbólico, se refiere a los valores, es decir, a las creencias que, cosechadas a lo largo de generaciones, le han dado cohesión al campo y, gracias a ello, cierta independencia frente a otros campos. El inventario de dichas creencias y la reconstrucción de sus relaciones son, desde esta perspectiva, indispensables para responder cualquier pregunta en torno al arte. Sólo de esa manera se ha desvelado la tramoya sobre la que han construido su práctica los artistas: ellos, igual que quienes actúan en otros campos, también son objeto de determinaciones sociales y económicas. Las posiciones y disposiciones en el campo del arte han quedado así reducidas a las proporciones justas: los valores estéticos no son puramente estéticos, sino que responden a una búsqueda de prestigio, o a convicciones morales, o a intereses de poder económico y político.