Ética y responsabilidad técnica de la posibilidad de la convivencia humana en el ethos de la técnica

El único animal que produce construye y habita su morada es el animal humano. La manera como cada cultura construye su morada define su êthos, esto es, su manera de habitar el mundo. La ética no es pues, cosa distinta al modo como construimos y habitamos nuestra morada. Pero la esencia del construir...

Full description

Autores:
Roldán Jaramillo, Ciro
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
1998
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/29941
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/29941
http://bdigital.unal.edu.co/20015/
Palabra clave:
convivencia
técnica
ética
responsabilidad
habitar
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:El único animal que produce construye y habita su morada es el animal humano. La manera como cada cultura construye su morada define su êthos, esto es, su manera de habitar el mundo. La ética no es pues, cosa distinta al modo como construimos y habitamos nuestra morada. Pero la esencia del construir, recuerda Heidegger, es el dejar habitar. De allí se desprende esta  proposición principal: "Sólo si somos capaces de habitar, podemos construir". Construir, pues, pertenece al habitar y, de este modo, del habitar recibe su esencia. Nuestro modo de construir y habitar el mundo está definido por la técnica. Construimos y habitamos el mundo desde el modo  constitutivo de la técnica. La esencia del habitar el mundo está decidido desde la esencia de la técnica. Nuestra vivienda o nuestro modo de vivir- nos viene dado por tal manera de habitar. Por lo tanto si queremos saber sobre la penuria o la riqueza de nuestra eticidad debemos preguntarnos sobre nuestros hábitos de morar antes que por la penuria o abundancia de viviendas. "La auténtica penuria de viviendas es más antigua que las guerras mundiales y las destrucciones, más antigua aún que el ascenso demográfico sobre la tierra y que la situación de los obreros de la industria. La auténtica penuria del habitar descansa en el hecho de que los mortales primero tienen que buscar la esencia del habitar, de que tienen que aprender primero a habitar".