Los pasos perdidos y las casas abandonadas: “La vendedora de rosas”

De la concepción de Víctor Gaviria sobre su trabajo al que llamó en algún momento como “realismo con testigos” pasamos al descubrimiento de un ethos singular que lo ha llevado a reconocerse “como un caracol que va abandonando sus casas por todas partes”. A partir de los planos iniciales de la pe...

Full description

Autores:
Echeverry Rengifo, Diego Rodrigo
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
2018
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/68327
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/68327
http://bdigital.unal.edu.co/69360/
Palabra clave:
71 Urbanismo y arte paisajístico / Landscaping and area planning
realismo
linde borroso y poroso
ciudad
intimidad
publicidad.
realism
fuzzy and porous border
city
intimacy
advertising.
realismo
borda borrado e poroso
cidade
intimidade
publicidade.
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:De la concepción de Víctor Gaviria sobre su trabajo al que llamó en algún momento como “realismo con testigos” pasamos al descubrimiento de un ethos singular que lo ha llevado a reconocerse “como un caracol que va abandonando sus casas por todas partes”. A partir de los planos iniciales de la película La vendedora de rosas, en los que vemos el barrio La Iguaná, a Andrea y a Mónica, a Judi y a Miltón, y a la avenida 70 de Medellín, abordamos la imagen en movimiento como detonante de una serie de conceptos-acontecimientos y correlatos que nos permiten re exionar acerca de otros asuntos, como los conceptos de frontera y linde borroso y poroso, el de urbanismo, ciudad, intimidad y lo que la diferencia de lo público y lo privado, el tejido de resistencias e ilusiones de los pasos de esos niños en las calles y en el lenguaje, así como la arremetida y las implicaciones éticas y estéticas de la famosa pregunta del Chinga, uno de los personajes, “¿para qué zapatos si no hay casa?”