Los laberintos del cambio organizacional

No es mi intención iniciar una discusión teórica sobre lo que significa "cambio" o lo que significa" ¿por qué la gente no cambia?", o a qué tipo de cambio o de gente nos referimos cuando desde las organizaciones nos hacemos esas preguntas; por ahora partiré de situaciones que pud...

Full description

Autores:
Rodríguez D., Eduardo
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
1994
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/29724
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/29724
http://bdigital.unal.edu.co/19772/
Palabra clave:
instituciones
organización
cambio organizacional
empresa
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:No es mi intención iniciar una discusión teórica sobre lo que significa "cambio" o lo que significa" ¿por qué la gente no cambia?", o a qué tipo de cambio o de gente nos referimos cuando desde las organizaciones nos hacemos esas preguntas; por ahora partiré de situaciones que pudiéramos llamar "de sentido común" y que nos dicen y muestran que las cosas cambian y que eso, que es evidente, es lo que entendemos por cambio. Tal vez lo único que quisiera diferenciar son los términos "institución" y "organización" ya que de lo que se habla es de lo segundo; del poco tiempo que nos queda una vez nos contratamos. La institución de la familia, las instituciones del estado, el ejército, el congreso, o las instituciones de salud poseen una cierta permanencia que les es propia pese a sus crisis; pero las organizaciones (otrora empresas) no son dueñas de su tiempo: lo que tienen de historia es arrancada, expropiada e injertada. Uno quisiera que su empresa fuera eterna o, por lo menos, que durara el tiempo de uno; y las organizaciones saben de su  temporalidad pero al igual que los hombres que la componen, desean la eterna juventud. Sólo que ellas, paradójicamente, si no la han logrado por lo menos han prolongado su envejecer más allá del tiempo de sus jubilados. Por otra parte, la cobertura de las instituciones es mucho más amplia y les es propia; la de las organizaciones es una pretensión.