Una manera de ver cómo llegamos aquí. Cuarenta años del Programa de Artes Plásticas
En este 2017 se celebran los cuarenta años de la creación del Programa de Artes Plásticas de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, Sede Medellín. Cuando me sugirieron escribir algunas líneas sobre estos cuarenta años pensé, inmediatamente, en hacer un ejercicio de revisión que perm...
- Autores:
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Serna Vizcaíno, Luis Eduardo
- Tipo de recurso:
- Article of journal
- Fecha de publicación:
- 2017
- Institución:
- Universidad Nacional de Colombia
- Repositorio:
- Universidad Nacional de Colombia
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repositorio.unal.edu.co:unal/63004
- Acceso en línea:
- https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/63004
http://bdigital.unal.edu.co/62413/
- Palabra clave:
- 73 Artes plásticas Escultura / Sculpture, ceramics and metalwork
9 Geografía e Historia / History and geography
Artes Plásticas
Construcción institucional
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Summary: | En este 2017 se celebran los cuarenta años de la creación del Programa de Artes Plásticas de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, Sede Medellín. Cuando me sugirieron escribir algunas líneas sobre estos cuarenta años pensé, inmediatamente, en hacer un ejercicio de revisión que permitiera ubicar una historia que aún está en proceso de ser construida. Sin embargo, al mirar al pasado reciente fue imposible no recordar que, justamente este año, Artes Plásticas despidió a dos de sus profesores más queridos, que ayudaron a construir la impronta del Programa en la ciudad y en el país: Carlos Mesa y Adriana Escobar. Tal vez por eso, por la cercanía que tenía con ellos, decidí dejar a un lado la idea de armar una línea de tiempo que narrara cómo llegamos a nuestro momento actual, porque en el ejercicio de recordar se hicieron presentes los nombres de Javier Restrepo, Ethel Gilmour, Fabio Pareja, Antonio Restrepo y Ofelia Restrepo, que resuenan como parte del patrimonio que se ha acumulado con los años y que, desafortunadamente, ya no se encuentran con nosotros. Así mismo, se siente necesario nombrar en este espacio a profesores como Luis Femando Peláez, Federico Londoño, Hugo Zapata, Eugenia Pérez, Martha Lucía Ramírez, Beatriz Jaramillo, Dora Mejía, Alberto Uribe, Rodrigo Ceballos, Oiga Cecilia Guzmán, Luis Femando Valencia, Álvaro Delgado, Rodrigo Callejas, Jairo Montoya, Germán Botero, John Castles, Aníbal Córdova, Jaime Xibillé, Luis Alfonso Palau, Juan Gonzalo Moreno, Marta Elena Vélez o Luis Eduardo Ortiz, entre otros. Docentes que hicieron, o hacen, parte integral del Programa y que pasaron, o están a punto de pasar, a disfrutar de un feliz retiro. Docentes que marcaron una época para la Institución y que asumieron que la formación artística en la ciudad debía responder a una construcción simbólica, que conciliara la tradición con una mirada desarrollada en su presente. Pero, aunque no lo parezca, no quería que este artículo se enfocara en los nombres de las personas que elaboraron el Programa, no porque no lo merezcan, todo lo contrario, a ellos se les debe gran parte de la dignidad y seriedad con la que se transformó la manera de construir el campo profesional de las artes en la región. Tampoco me interesaba hacer uso de una mirada nostálgica, tal vez más liviana, que se concentrara en narrar, a través de un sinnúmero de anécdotas, cómo los estudiantes de artes pasaron de ocupar los espacios que ofrecía la Universidad, en la ya desaparecida "escuelita", a espaldas de la también demolida Cafetería Central, hasta llegar a tener un edificio propio que, más allá de parecer un hangar para aviones, es la muestra de cómo un programa se asienta en medio de una institución que no tenía del todo muy claro cuáles serían las implicaciones al crear un Programa de Artes Plásticas que no se basara en la noción académica del siglo XIX. Quería centrarme, en cómo en este tiempo presente el Programa puede mirar hacia atrás y reconocer que tiene la madurez para proyectar un futuro que no se parece a ningún otro…tal vez porque esa nunca fue su intención. |
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