Patrimonio, memoria y devenir mujer

El diccionario de la lengua española deriva Patrimonio de la palabra latina Pater-tris, padre y perpetuar; la palabra padre, advierte el mismo diccionario, se refiere al poder del patriarca y a la autoridad de él emanada, la cual se materializa en bienes valorados como durables. La línea patrilineal...

Full description

Autores:
López, Martha
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
1999
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/53026
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/53026
http://bdigital.unal.edu.co/47519/
Palabra clave:
1 Filosofía y psicología / Philosophy and psychology
3 Ciencias sociales / Social sciences
36 Problemas y servicios sociales, asociaciones / Social problems and social services
Falocentrismo
Fonocentrismo
Poder
Corporalidades
Desigualdad de Género
Violencia Simbólica
Imaginarios Sociales
Metáforas
Relaciones de Poder
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:El diccionario de la lengua española deriva Patrimonio de la palabra latina Pater-tris, padre y perpetuar; la palabra padre, advierte el mismo diccionario, se refiere al poder del patriarca y a la autoridad de él emanada, la cual se materializa en bienes valorados como durables. La línea patrilineal que significa todavía el apellido que tenemos estaba hasta la mitad de este siglo atada indisolublemente al patrimonio ya que las mujeres heredaban en segunda instancia al respecto del hijo mayor. El patrimonio que hoy esta ligado a la memoria de un pueblo y representa la identidad cultural de una sociedad en su conjunto, tiene en el lenguaje el soporte verbal que privilegia un sexo sobre el otro y le imprime valor y reconocimiento. El peso simbólico que susbsiste en este mecanismo de exclusión que posee el lenguaje ha llamado la atención de la mirada femenina, no sólo porque permite indagar la lógica de oposición que tenemos, sino también porque nos conduce a mostrar el proceso de conversión que el mismo lenguaje realiza en relación a los sexos. El fonocentrismo y el falocentrismo propio del pensamiento occidental denunciado por Derrida, desvirtúa el poder del cuerpo... lo ha invisibilizado; podríamos decir que aquello que caracteriza el pensamiento de las mujeres es precisamente la estrecha relación entre ideas y cuerpo, la imposibilidad de pensar al margen de la corporeidad. Si Nietzche introdujo el cuerpo en la filosofía, las mujeres, despojadas de la propiedad del suyo, han vivido el silencio de sus cuerpos, de tal manera que la palabra que pronuncian, arrastra con ella los cimientos de todo el aparato de poder donde se erige la voz teorética de la verdad admitida, la creencia que asiste a la identidad del sujeto arrogante y masculino del conocimiento que tenemos. “Mirar el mundo con ojos de mujer”, significa entender que la peculiaridad cultural de las mujeres es corporizar las ideas, los gestos, imágenes y sonidos. Implica también des-construír paso a paso el orden del patriarcado que ha naturalizado la sujeción de las minorías mediante un decir sobre los sexos y que ha eternizado la confluencia imposible en su desigualdad. Como veremos en estas páginas la filosofía occidental (escrita por los varones) ha contribuido con su pensamiento homologador a legitimar la asimetría y la sujeción.