El amante: extractos

Ocurrió muy pronto aquel día, un jueves. Cada día iba a buscarla al instituto para llevarla al pensionado. Y luego una vez fue al pensionado un jueves por la tarde. La llevó en el automóvil negro. Hay poca luz en el estudio. Ella no le pide que abra las persianas. Se encuentra sin sentimientos defin...

Full description

Autores:
Duras, Marguerite, 1914-1996
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
2003
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/53274
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/53274
http://bdigital.unal.edu.co/47812/
Palabra clave:
84 Literaturas de lenguas romances / Literatures of specific languages and language families
Novela
Siglo XX
Fragmentos
Relaciones Interpersonales
Cuerpo
Deseo
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:Ocurrió muy pronto aquel día, un jueves. Cada día iba a buscarla al instituto para llevarla al pensionado. Y luego una vez fue al pensionado un jueves por la tarde. La llevó en el automóvil negro. Hay poca luz en el estudio. Ella no le pide que abra las persianas. Se encuentra sin sentimientos definidos, sin odio, también sin repugnancia, sin duda se trata ya del deseo. Lo ignora. Aceptó venir en cuanto él se lo pidió la tarde anterior. Está donde es preciso que esté, desterrada. Experimenta un ligero miedo. Diríase, en efecto, que eso debe corresponder no sólo a lo que esperaba sino también a lo que debía suceder precisamente en su caso. Está muy atenta al exterior de las cosas, a la luz, al estrépito de la ciudad en el que la habitación está inmersa. Él tiembla. Al principio la mira como si esperara que hablara, pero no habla. Entonces, él tampoco se mueve, no la desnuda, dice que la ama con locura, lo dice muy quedo. Podría responder que no lo ama. No dice nada. De repente sabe, allí, en aquel momento, sabe que él no la conoce, que no la conocerá nunca, que no tiene los medios para conocer tanta perversidad. Ni de dar tantos y tantos rodeos para atraparla, nunca lo conseguirá. Es ella quien sabe. Sabe. A partir de su ignorancia respecto a él, de repente sabe: le gustaba ya en el trasbordador. Él le gusta, el asunto sólo dependía de ella...