Textos: Discurso sobre el espíritu positivo

Capitulo III, atributos correlativos del espíritu positivo del buen sentido. I De la palabra Positivo: sus diversas acepciones resumen los atributos del verdadero espíritu filosófico. 30. El concurso espontáneo de las diversas consideraciones generales indicadas en este Discurso basta ahora para car...

Full description

Autores:
Laín Entralgo, Pedro
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
1957
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/63225
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/63225
http://bdigital.unal.edu.co/63435/
Palabra clave:
12 Epistemología, causalidad, género humano / Epistemology
14 Escuelas filosóficas específicas / Philosophical schools of thought
19 Filosofía moderna occidental / Historical, geographic, persons treatment of philosophy
21 Filosofía y teoría de la religión / Philosophy and theory of religion
29 Religión comparada y otras religiones / Other religions
Espíritu positivo
Espíritu filosófico
Filosofía moderna
Aspecto dogmático
Politeísmo
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:Capitulo III, atributos correlativos del espíritu positivo del buen sentido. I De la palabra Positivo: sus diversas acepciones resumen los atributos del verdadero espíritu filosófico. 30. El concurso espontáneo de las diversas consideraciones generales indicadas en este Discurso basta ahora para caracterizar aquí, en todos los aspectos principales, el verdadero espíritu filosófico, que, des­pués de una lenta evolución preliminar, llega hoy a su estado siste­mático. Vista la evidente necesidad en que nos encontramos yá de calificarlo habitualm ente con una breve denominación especial, he tenido que preferir aquella a la que esta universal preparación ha da­do cada día más, durante los tres últimos siglos, la preciosa propie­dad de resumir lo mejor posible el conjunto de sus atributos funda­mentales. Como todos los términos vulgares así elevados gradualmen­te a la dignidad filosófica, la palabra positivo tiene, en nuestras lenguas occidentales, varias acepciones distintas, aun excluyendo el sentido grosero que le dan las mentes mal cultivadas. Pero interesa acla­rar aquí que todos esos diversos significados convienen igualmente a la nueva filosofía general, indicando alternativamente diferentes pro­piedades características de la misma; así, pues, esta aparente ambigüe­dad no ofrecerá en lo sucesivo ningún inconveniente real. Por el con­trario, habrá que ver en ella uno de los principales ejemplos de esa admirable condensación de fórmulas que, en los pueblos adelantados, reúne bajo una sola expresión usual varios atributos distintos, cuando la razón pública ha llegado a conocer su relación permanente. 31. Considerada en primer término en su acepción más antigua y más corriente, la palabra “positivo” designa lo real, en oposición a lo quimérico. En este sentido, conviene plenamente al nuevo espíritu filosófico, así caracterizado por su constante consagración a las inves­tigaciones verdaderamente accesibles a nuestra inteligencia, con exclu­sión permanente de los impenetrables misterios de que se ocupaba, sobre todo, en su infancia. En otro sentido, muy aproximado al an­terior, pero distinto, sin embargo, este término fundamental indica el contraste de lo útil con lo ocioso; en este caso, recuerda, en Filosofía, el destino necesario de todas nuestras sanas especulaciones, encaminadas al mejoramiento continuo de nuestra verdadera condición indi­vidual y colectiva, en lugar de la vana satisfacción de una estéril cu­riosidad. Según un tercer significado usual, esta afortunada expresión se emplea con frecuencia para designar la oposición entre la certidumbre y la indecisión; indica así la aptitud característica de tal filosofía (ara constituir espontáneamente la armonía lógica en el individuo y a comunión espiritual en la especie entera, en lugar de esas dudas in­definidas y de esos debates interminables que debía suscitar el antiguo régimen mental. Una cuarta acepción corriente, que se confunde de­ masiado a menudo con la primera, consiste en oponer lo preciso a lo vago; este sentido recuerda la constante tendencia del verdadero espí­ritu filosófico a llegar en todo al grado de precisión compatible con la naturaleza de los fenómenos y conforme a la exigencia de nuestras verdaderas necesidades; mientras que la antigua manera de filosofar conducía necesariamente a opiniones vagas, que no implicaban una indispensable disciplina sino en el sentido de una opresión permanente, apoyada en una autoridad sobrenatural.