Reflexiones sobre la economía nacional

El esfuerzo constante e inteligentemente dirigido de los Agrónomos y Veterinarios Nacionales, Sociedades de Agricultores y eminentes hombres públicos, ha logrado persuadir al colombiano de que nuestro país es esencialmente agrícola y de que nuestra agricultura está en decadencia. Hubo necesidad de r...

Full description

Autores:
Carvajalino Jacome, L. J.
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
1939
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/72115
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/72115
http://bdigital.unal.edu.co/36587/
Palabra clave:
Agrónomos
Veterinarios
Agricultores
Agrícola
Economía
Obrero
Campo
Industria
Ganadería.
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:El esfuerzo constante e inteligentemente dirigido de los Agrónomos y Veterinarios Nacionales, Sociedades de Agricultores y eminentes hombres públicos, ha logrado persuadir al colombiano de que nuestro país es esencialmente agrícola y de que nuestra agricultura está en decadencia. Hubo necesidad de repetir hasta la saciedad estas verdades axiomáticas para que se organizara una conciencia acorde con la realidad nacional. Pero esta cruzada que pudiéramos llamar "del sentido común", no ha concluido aún; es menester golpear más con las mismas ideas, para que nuestros dirigentes tengan una cerebración que se ajuste a nuestro medio cimarrón; porque un pueblo progresa, cuando las fuerzas dinámicas actúan sobre su misma realidad .Y no se le niega su propia vocación. En Colombia se ha querido manejar su economía agrícola, con sistemas y prácticas propias de los países industriales. Para la intensificación de la producción es preciso ante todo, establecer la defensa y el fomento de la agricultura. Los departamentos nacionales de agricultura y ganadería del Ministerio de la Economía Nacional han organizado una serie de servicios de investigación y divulgación bastante eficaces en cuanto al delineamiento básico; con buen criterio se ha aprovechado la experiencia sufrida en años pasados y hoy se ha implantado una orientación general de acción positiva. Es claro que diariamente se tropieza con la falta de dinero para desarrollar importantes campañas, lo que no sólo causa estupor, sino que retarda el progreso agrícola. Lo que antecede nos indica que para salvar nuestra agricultura hay que salvar primero a los institutos de las ciencias exactas, físicas y naturales. Porque sin verdaderos técnicos toda visualización será vana y toda empresa tarde o temprano fallará.