Técnica y responsabilidad: la propuesta de hans jonas
Cuando yo era un pequeño niño vivía en el Reino de mi casa paterna y me deleitaba en la riqueza y el esplendor de mi educación. Un día, fui enviado por mis padres desde nuestro país en el Este a un lejano destino, con algunas provisiones. En la abundancia de nuestras riquezas se me ató una carga liv...
- Autores:
-
Yáñez Canal, Jaime
- Tipo de recurso:
- Article of journal
- Fecha de publicación:
- 1998
- Institución:
- Universidad Nacional de Colombia
- Repositorio:
- Universidad Nacional de Colombia
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repositorio.unal.edu.co:unal/29940
- Acceso en línea:
- https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/29940
http://bdigital.unal.edu.co/20014/
- Palabra clave:
- responsabilidad
ética
moral
técnica
Hans Jonas
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Summary: | Cuando yo era un pequeño niño vivía en el Reino de mi casa paterna y me deleitaba en la riqueza y el esplendor de mi educación. Un día, fui enviado por mis padres desde nuestro país en el Este a un lejano destino, con algunas provisiones. En la abundancia de nuestras riquezas se me ató una carga liviana, la que yo podía guardar. Mis padres me quitaron los fastuosos trajes que solía llevar y que en su amor habían hecho para mi; me despojaron también de mi estola escarlata que de manera adecuada a mi figura habían tejido y me encomendaron una tarea que fue escrita en mi corazón para que no la olvidara: "Cuando tu bajes a Egipto y hayas recogido la perla que está en el medio del mar rodeado por un dragón, debes volver a vestirte con tu fastuoso atuendo y tu estola escarlata y compartir con tu hermano nuestra segunda herencia". Con esta misión abandoné el Este acompañado por dos barcos del Reino y descendí al mundo por un camino difícil, lleno de peligros para un niño como yo. Al pasar la frontera y bajar a Egipto mis acompañantes me abandonaron. Seguí mi camino hacia el reino del dragón dormido, esperando el momento para arrebatarle la perla. Estando solo resulté extraño para los habitantes de ese reino. Me vestí con sus atuendos para no parecerles forastero y así evitar que despertaran al dragón y me impidieran tomar la perla. Pero de alguna manera notaron que yo no era un hombre de su tierra y me abordaron con sus argucias haciéndome probar su comida y su bebida. Con su alimento caí en un profundo sueño. Yo olvidé que era hijo de Rey, serví a su rey y no recordé más la perla por la que había sido enviado. |
---|