Los trabajos de las mujeres entre el campo y la cuidad, 1920 – 1982: campesina, costurera, obrera de la costura, empleada doméstica, cocinera de fundo, temporera

A lo largo de estos años de trabajo con mujeres que viven en el campo y laboran en faenas agrícolas y agroindustrias, nos ha llamado la atención escuchar que sí, que ahora las mujeres han comenzado a trabajar porque la fruticultura de exportación requiere de la fuerza de trabajo femenina. Nunca term...

Full description

Autores:
Mack, Macarena
Matta, Paulina
Valdés, Ximena
Tipo de recurso:
Book
Fecha de publicación:
1986
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/52933
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/52933
http://bdigital.unal.edu.co/47382/
Palabra clave:
3 Ciencias sociales / Social sciences
33 Economía / Economics
36 Problemas y servicios sociales, asociaciones / Social problems and social services
Historia
Mujeres Campesinas
Mano de Obra Femenina
Feminización de la Pobreza
División Sexual del Trabajo
Roles de Género
Fruticultura
Historias de Vida
Doble Jornada
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:A lo largo de estos años de trabajo con mujeres que viven en el campo y laboran en faenas agrícolas y agroindustrias, nos ha llamado la atención escuchar que sí, que ahora las mujeres han comenzado a trabajar porque la fruticultura de exportación requiere de la fuerza de trabajo femenina. Nunca termina uno de asombrarse de lo que los otros dicen acerca del trabajo de las mujeres, y por estas razones, en la perspectiva de recuperar la historia de las mujeres, hemos elegido estas cuatro historias de vida de mujeres de una misma familia: Mercedes Cabrera y tres de sus hijas, las hermanas Castro. Si la sociedad en su conjunto tiene una particular forma de concebir el trabajo, negando todo lo que hacen las mujeres en sus casas, es problema de la sociedad. Pero esto afecta a las mujeres, porque las niega como personas que contribuyen a generar la fuerza de trabajo, a alimentarla, en fin, a reproducirla. El aporte que hacen las mujeres en trabajo es mayor que el que hacen los hombres, porque tienen que dedicarse todo el día y todos los días a hacer lo que los hombres, por lo corriente no hacen. En el campo como la ciudad, las camas, los planchados, las comidas, el cuidado de los niños y tanta cosa que queda oculta tras la función de dueña de casa. Son actos repetidos y rutinarios, los que encierran el trabajo doméstico de las mujeres en sus casas. Se repiten día a día, se consumen, de deshacen. Cada mañana estirar las camas y por las noches al dormir ya están desarmadas. Al otro día, todo vuelve a reempezar y esto, repetido desde niñas hasta viejas. ¿Cuántas veces, cuántas horas? La comida, día tras día se hace y se acaba al ser consumida; la ropa se lava y se ensucia. Todo lo que hace la mujer en la casa parece ser realizado para que se acabe, se ensucie, se vuelva a tener que hacer. Y la historia se repite generación tras generación porque, desde niñas, las mujeres repiten los gestos de sus madres. En este sentido, la historia de la mujer es siempre la misma; lo que ha cambiado a través de los años no ha sido lo que se hace ya que abuelas, madres e hijas, han hecho lo mismo. Lo que ha cambiado ha sido la forma de hacerlo: de lavar en el río a lavar en la artesa y, a veces, ahora último, en lavadora. Desde este punto de vista, interrogando estas historias individuales de mujeres, veremos cómo generación tras generación, las mujeres heredan de sus madres estos roles domésticos. Pero además podremos conocer la carga de trabajo doméstico de las mujeres del campo, que además tienen muchas tareas ligadas a la producción: huerto, criar gallinas, cabras, hilar, hacer loza, tejer, y tanto más.