Los bosques plantados y la huella hídrica, la respuesta hidrológica y la hidrosolidaridad

Resumen: El sector forestal, entendido como de conjunto de operaciones científico-técnicas orientadas al establecimiento y manejo de bosques plantados para atender las demandas de madera y de otros productos forestales, es una actividad de uso de la tierra rural de gran importancia y necesidad para...

Full description

Autores:
Vásquez Velásquez, Guillermo
Tipo de recurso:
http://purl.org/coar/resource_type/c_c94f
Fecha de publicación:
2011
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/57650
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/57650
http://bdigital.unal.edu.co/53993/
Palabra clave:
55 Ciencias de la tierra / Earth sciences and geology
63 Agricultura y tecnologías relacionadas / Agriculture
Bosques plantados
Cultivos forestales
Hidrología forestal
Huella hídrica
Balance hídrico (Hidrología)
Hidrosolidaridad
Tree crops
Water balance (Hydrology)
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:Resumen: El sector forestal, entendido como de conjunto de operaciones científico-técnicas orientadas al establecimiento y manejo de bosques plantados para atender las demandas de madera y de otros productos forestales, es una actividad de uso de la tierra rural de gran importancia y necesidad para el desarrollo de las sociedades modernas; su práctica se desarrolla en todo el mundo en una extensión aproximada de 264 millones de hectáreas, en América en 53 millones de hectáreas y en Colombia en cerca de 405.000 ha. Como quiera que se trata de un uso de la tierra rural, la vegetación establecida genera una relación de interdependencia con el ciclo hidrológico y con los suelos en el marco natural de la cuenca hidrográfica. Estas relaciones han sido y son profusamente estudiadas, ya que interesa saber en qué medida los bosques plantados intervienen el régimen hidrológico; para esto, el referente de comparación, a diferencia de lo que suele considerarse, no debe ser el régimen hidrológico bajo bosques naturales, sino bajo los cultivos y pastos que se desarrollan inicialmente en las tierras deforestadas, ya que las plantaciones forestales se establecen en tierras abandonadas de esos otros usos de la tierra por razones de marginalidad ambiental, productiva o socioeconómica. Luego, las plantaciones deberán ser revisadas en términos hidrológicos a partir de la mejora que produzcan en el régimen afectado, teniendo como horizonte de referencia el acercamiento al régimen bajo bosques naturales. Se destaca que los bosques plantados no requieren del suministro asistido de agua, por cuanto dependen de las entradas de agua al suelo por precipitación; en tal circunstancia, los consumos pueden ser más altos que los equivalentes bajo bosques naturales, dado que la masa forestal se maneja para que tenga las mayores tasas de crecimiento las edades juveniles y adultas, sin llegar a la madurez o senectud, en donde los consumos tenderían a rebajar en alguna proporción. No obstante este consumo extra, la producción de madera insume cantidades notablemente más bajas que otras producciones agropecuarias, tales como carne, leche, aceite vegetal, tabaco, fibras vegetales, especias, frijol y similares, etc. Esta huella hídrica, se propone, debe ser manejada en un contexto de hidrosolidaridad, en el cual el agua verde demandada por los bosques plantados esté en equilibrio planificado con respecto al agua azul afluente requerida para la atención de otras demandas aguas abajo, agrícolas, domésticas, industriales y ecosistémicas. La fase de aprovechamiento o cosecha forestal, se considera la más crítica en términos de su posibilidad de generar afectaciones a la calidad del agua de escorrentía que, aunque si bien es transitoria, requiere la máxima atención por parte de las empresas forestales. En el documento se destaca el papel importante de los bosques plantados en el tema del cambio climático global, como quiera que son justamente las plantaciones forestales la acción más costo-eficiente para la captura y fijación del carbono atmosférico y por ser los bosques los que generan las mejores cualidades de resistencia, resiliencia y respuesta frente al cambio climático.