Los nombres de la ausencia
La elegía es el canto de la inmortalidad, del amor que perdura más allá de la muerte, más allá de los desiertos del olvido. La elegía es la voz del amor que ha vencido el tiempo y el espacio. Por eso, en el hábito y en el oficio de la poesía, nada hay mayor que esa recapitulación del amor del poeta,...
- Autores:
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Vieira, Maruja, 1922-
- Tipo de recurso:
- Book
- Fecha de publicación:
- 2006
- Institución:
- Universidad Nacional de Colombia
- Repositorio:
- Universidad Nacional de Colombia
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repositorio.unal.edu.co:unal/52728
- Acceso en línea:
- https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/52728
http://bdigital.unal.edu.co/47127/
- Palabra clave:
- 8 Literatura y retórica / Literature
86 Literaturas española y portuguesa / Literatures of specific languages and language families
Poesía colombiana
Colombian poetry
Women poets
Ausencia - Poesías
Amor - Poesías
Personajes - Poesías
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Summary: | La elegía es el canto de la inmortalidad, del amor que perdura más allá de la muerte, más allá de los desiertos del olvido. La elegía es la voz del amor que ha vencido el tiempo y el espacio. Por eso, en el hábito y en el oficio de la poesía, nada hay mayor que esa recapitulación del amor del poeta, que es su canto perpetuo. Como la poesía es fruto del inmenso amor, todo poema en el fondo, y también en la intención menos oculta, es elegía. Por eso Jorge Luis Borges lo precisa en cuanto “biografía del ser”. Para el que ama -y el poeta es ante todo y ante todos el que am a- la elegía es el modo excelso de la evocación, es una llamada desde la entrada del alma, que hace comparecer a quien siempre ha permanecido presente, aunque en las apariencias de la ausencia. Esta poeta nos ha permitido llegar a su propio mundo, su universo incomunicable que, no obstante, ha cumplido el destino y ha vivido el misterio de la comunicación al entregarnos el poema, contenido de su alma, contenido de su amor, fruto de su árbol del bien y del mal, quiero decir, de la Sabiduría: fruto de su territorio interior, de su mar, de su isla, de su aire, de su savia, de su sangre. Dime a quién amas y te diré quién eres, cómo eres. Dime a quién amas y te conoceré plenamente y recibiré la comunicación de tu amor y te amaré yo también y amaré a tus bienamados. |
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