Idilios de teócrito
(Traducción directa del griego por Julián Motta Salas). IDILIO VI — LOS CANTORES BUCÓLICOS Dafnis y Dametas. Dametas y el boyero Dafnis habían llevado a un mismo lugar, oh Arato *, su rebaño; uno de ellos tenía blondo el bozo, el otro era un barbiponiente. Sentados ambos a la orilla de una fuente, e...
- Autores:
-
Motta Salas, Julián
- Tipo de recurso:
- Article of journal
- Fecha de publicación:
- 1959
- Institución:
- Universidad Nacional de Colombia
- Repositorio:
- Universidad Nacional de Colombia
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repositorio.unal.edu.co:unal/63389
- Acceso en línea:
- https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/63389
http://bdigital.unal.edu.co/63702/
- Palabra clave:
- 78 Música / Music
86 Literaturas española y portuguesa / Literatures of specific languages and language families
88 Literaturas helénicas; Literatura griega clásica / Classical and modern Greek literatures
Idilio
Cantores bucólicos
Eucrito
Etíopes
Dafnis
Menalcas
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Summary: | (Traducción directa del griego por Julián Motta Salas). IDILIO VI — LOS CANTORES BUCÓLICOS Dafnis y Dametas. Dametas y el boyero Dafnis habían llevado a un mismo lugar, oh Arato *, su rebaño; uno de ellos tenía blondo el bozo, el otro era un barbiponiente. Sentados ambos a la orilla de una fuente, en un mediodía festival, cantaron estas cosas. Empezó primero Dafnis, ya que fue el primero en promover el desafío. Dafnis. Oh Polifemo, Galatea arroja manzanas a tu rebaño, llamándote cabrero desamorado, y tú no la miras, ¡infortunado!, sino que permaneces sentado entonando dulces endechas con tu siringa. Mírala aún, que las arroja a tu perro, el cual te acompaña y guarda tus rebaños; pero él ladra mirando el mar, ciñas hermosas ondas lo reflejan dulcemente resonando, mientras corre en la arena. Vigila, no sea que se lance impetuosamente a las piernas de la doncella al salir del mar y desgarre su hermosa piel. Ella, desde allá, te hace coquitos; pero semejante a las pelusillas de los acantos que se secan a los rayos ardientes del hermoso estio, huye a quien la ama y persigue a quien no ama, v mueve la piedra de la línea Pues muchas veces, Polifemo, el amor hace que lo que no es bello aparezca como bello. |
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