Aves ocasionales en la sabana de bogotá

La altiplanicie andina conocida con el nombre de Sabana de Bogotá, situada en la llamada "tierra fría" de los Andes Orientales de Colombia, a 2600 metros sobre el nivel del mar y con temperatura media de 13o C., esta bordeada en todo su derredor por montañas cuya altura en ningún sitio se...

Full description

Autores:
Borrero, José Ignacio
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
1946
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/48787
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/48787
http://bdigital.unal.edu.co/42244/
Palabra clave:
Ciencias Naturales
Biología
Plantas
animales
Historia Natural
Paleobotánica
Paleozoología
Aves ocasionales
Valle del Magdalena
Elanoides forticatus yetapa
llanos del Meta
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:La altiplanicie andina conocida con el nombre de Sabana de Bogotá, situada en la llamada "tierra fría" de los Andes Orientales de Colombia, a 2600 metros sobre el nivel del mar y con temperatura media de 13o C., esta bordeada en todo su derredor por montañas cuya altura en ningún sitio se eleva a menos de 2700 metros y esto solamente en el lado occidental, hacia el valle del Magdalena. Sin embargo, es visitada con alguna frecuencia por aves propias de pisos climáticos más cálidos y aun del llamado "Tropical" o "tierra caliente". Por lo que se ha podido averiguar, las aves visitantes observadas hasta ahora proceden de las vertientes occidentales y del valle del Magdalena; ninguna, con la única posible excepción de Elanoides forticatus yetapa, viene de las faldas orientales que descienden hasta los llanos del Meta pues hacia este lado de la Sabana se hallan las montañas más altas, cuya mayor depresión -la de Chipaque- es de 3150 metros en el sitio por donde pasa la carretera de Bogotá a Villavicencio. Parece por lo tanto que este ramal de la cordillera constituye una barrera infranqueable para las aves que habitan en el oriente de Cundinamarca, mientras que el ramal occidental, de menor altura, no lo es para las que habitan en las vertientes que conducen al Magdalena.