Adolescencia, libertad, temporalidad
La vida del niño radica sobre la obediencia. La obedienciano debe confundirse con lo que Bergson llamaba la obligaciónmoral, aún cuando exista considerable afinidad entre una yotra (1). Pero al llegar a la pubertad se despierta en el hombreun sentimiento nuevo (2). Nos parece que en la pura obedienc...
- Autores:
-
Rosales Camacho, Luis
- Tipo de recurso:
- Article of journal
- Fecha de publicación:
- 1953
- Institución:
- Universidad Nacional de Colombia
- Repositorio:
- Universidad Nacional de Colombia
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repositorio.unal.edu.co:unal/40578
- Acceso en línea:
- https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/40578
http://bdigital.unal.edu.co/30675/
- Palabra clave:
- Filosofía
educación
Obediencia
Obligación moral
Conducta
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Summary: | La vida del niño radica sobre la obediencia. La obedienciano debe confundirse con lo que Bergson llamaba la obligaciónmoral, aún cuando exista considerable afinidad entre una yotra (1). Pero al llegar a la pubertad se despierta en el hombreun sentimiento nuevo (2). Nos parece que en la pura obediencia nos falta aire para vivir. La imitación de los mayores, la manera de dimanar que tenia entonces nuestra vida, no nos hace vivir radicalmente. En principio, esta renovación la comprendemos de una manera oscura, la comprendemos siéndola. Nos mueve, más no nos lleva todavía. Si no se fuerza el sentido de 1a expresión, diríamos que es como un movimiento sin dirección aun y, una vez instalado en su nueva situación vital, piensa e1 ado1escente que lo que é1 es, no puede haber tenido semejanza ni existencia anterior: lo que yo soy es un ser nuevo, único, trascendente, y este sér mío tengo yo mismo que realizarlo. Comprendo entonces que 1a obediencia me constituye, pero no me define. Mi modo de vivir, de rezar, de tocar esta mano o este sueño, no puede ser e1 mismo que tienen los demás cuando ejecutan estas acciones. En esta distinción de mi conducta hay algo mío, y además, hay algo solo mío. Porque lo puedo realizar, soy libre. Porque realizo mi mismidad soy el que soy (1). A partir de este instante el adolescente ha descubierto su ser inalienable y ,personal. Si la niñez comprendía la vida solamente como obediencia, la adolescencia comienza a comprenderla solamente como libertad. |
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