David Gow y Diego Jaramillo. En minga por el Cauca: el gobierno del taita Floro Tunubalá (2001-2003).
El libro de David Gow y Diego Jaramillo ha pasado inadvertido en los medios de comunicación (no parece responder al tipo de escándalo que estos persiguen en su afán de vender noticias), pero más sorprendentemente en la academia, que no debía guiarse por esos criterios.1 Y lo digo porque contiene úti...
- Autores:
-
Archila Neira, Mauricio
- Tipo de recurso:
- Article of journal
- Fecha de publicación:
- 2016
- Institución:
- Universidad Nacional de Colombia
- Repositorio:
- Universidad Nacional de Colombia
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repositorio.unal.edu.co:unal/61572
- Acceso en línea:
- https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/61572
http://bdigital.unal.edu.co/60383/
- Palabra clave:
- 98 Historia general de América del Sur / History of ancient world; of specific continents, countries, localities; of extraterrestrial worlds
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Summary: | El libro de David Gow y Diego Jaramillo ha pasado inadvertido en los medios de comunicación (no parece responder al tipo de escándalo que estos persiguen en su afán de vender noticias), pero más sorprendentemente en la academia, que no debía guiarse por esos criterios.1 Y lo digo porque contiene útiles reflexiones sobre la experiencia de un gobierno alternativo en el Cauca a comienzos de este siglo en cabeza del dirigente guambiano Floro Tunubalá. Fue alternativo en muchos sentidos: al modelo neoliberal difundido desde Washington e implementado a rajatabla por nuestros gobiernos desde los años noventa; a la política tradicional caucana agenciada por la élite blanca y patriarcal payanesa; pero también a las orientaciones de la izquierda política del momento, pues la candidatura de Tunubalá surgió de los movimientos sociales regionales. No sobra recordar que era la primera vez que un indígena llegaba al gobierno de un departamento en donde esa etnia no representaba la mayoría de sus habitantes. Los retos que enfrentó fueron formidables, y me atrevería a decir que fueron más que los de cualquier otro gobernador en el país. Por todas esas razones es una experiencia que debería iluminar el horizonte de los diálogos de paz de La Habana, cuando eventualmente la insurgencia se convierta en fuerza política que dispute escenarios de poder locales, regionales y aun nacionales. Porque lo que le pasó al gobierno de Tunubalá es algo que, para bien y para mal, puede volver a pasar en el futuro próximo con fuerzas sociales y políticas alternativas. De ahí que sea importante comprender sus límites y dificultades, como también sus logros y legados, balance que hace este libro con simpatía pero con distancia crítica. |
---|