Objetos de la memoria en el destierro: el presente del pasado

Resumen: Al inicio de la maestría en Hábitat me planteé una pregunta de trabajo con énfasis en la memoria, el recuerdo y la nostalgia, denominada Los Hogares de la Añoranza como lugares - espacios - tiempos de recuerdo y anhelo de las personas en condición de desplazamiento, sobre la hipótesis de qu...

Full description

Autores:
Arroyave Ruíz, Marta Isabel
Tipo de recurso:
Fecha de publicación:
2013
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/11977
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/11977
http://bdigital.unal.edu.co/9575/
Palabra clave:
71 Urbanismo y arte paisajístico / Landscaping and area planning
Habitat
Memoria
Destierro
Desplazamiento
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:Resumen: Al inicio de la maestría en Hábitat me planteé una pregunta de trabajo con énfasis en la memoria, el recuerdo y la nostalgia, denominada Los Hogares de la Añoranza como lugares - espacios - tiempos de recuerdo y anhelo de las personas en condición de desplazamiento, sobre la hipótesis de que se habita en el lugar del recuerdo. Durante el desarrollo de la indagación me fui adentrando en otros caminos que configuraron más claramente mi inquietud y pregunta por el hábitat, no desde una mirada sociológica ni de corte antropológico, sino enfocada hacia una concepción más puntual y en relación con los intereses, sentidos e inquietudes del hábitat, y me encontré, esencialmente, con la pregunta por el desplazamiento en relación con los objetos como elementos de memoria constitutivos del hábitat. Ahora, hablar de los objetos de la memoria en el destierro, es nombrar los lugares aplazados o dejados atrás a través de los objetos; es nombrar esos lugares que saben a desdicha o a refugios de nostalgia. En un lento retorno, las casas del destierro son espacios sin olor que han perdido la sustancia del día a día, son evidencias y recuerdos de la historia que sólo cobran vida, se cargan de sentido y de color en la memoria de quien las habita. Hablar de destierro, implica indisolublemente nombrar la relación entre el desplazamiento, la casa y el recuerdo. Por lo tanto, el espacio geográfico de la casa se transforma en un lugar donde se diagraman y tejen las líneas sustanciales del arraigo territorial y los ejes centrales del hábitat, en donde los objetos cobran sentido por estar resguardados en un contenedor que se adquiere física o emocionalmente como propio. En consecuencia, los habitantes, a pesar de haber sido expulsados de su territorio e impedidos de la unidad del lenguaje, del sentido de arraigo y de la comunicación con aquél, han sido y siguen siendo una memoria constante e inalterable en su cotidianidad. De allí que la memoria sea también un lugar desde el cual se habita: Hay memorias de larga data hasta la tradición y de corta o de hechos de ruptura; memorias individuales, grupales, colectivas, sociales. Es decir, la memoria permite habitar en un recuerdo lejano, en un pasado que se añora. En suma, diríamos, que la memoria recoge lo que la imaginación, la vivencia, la emoción y la mente acumulan, de allí que nos refiramos a ella como “el presente del pasado”: un soporte de acopio (o reserva) y resignificación de los sentidos de espacios interiores que se reconstruyen y re –inventan continuamente con el paso de los días