El gran reto: recuperar la confianza de los inversionistas.

Según estudios del banco mundial, Colombia compite con Argentina por el deshonroso puesto de ser el lugar del mundo, donde existe la mayor insatisfacción de los inversionistas del sector eléctrico. La única explicación razonable sobre este hecho, en el caso colombiano, es la destrucción de la confia...

Full description

Autores:
Ochoa, Francisco
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
2004
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/36308
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/36308
http://bdigital.unal.edu.co/26392/
Palabra clave:
Sector eléctrico
Colombia
CREG
Regulación.
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:Según estudios del banco mundial, Colombia compite con Argentina por el deshonroso puesto de ser el lugar del mundo, donde existe la mayor insatisfacción de los inversionistas del sector eléctrico. La única explicación razonable sobre este hecho, en el caso colombiano, es la destrucción de la confianza que se ha vivido en los últimos años, por distintas causas que se analizan en el presente artículo. En estas condiciones se torna incierta la atención de la demanda de energía más allá del año 2010. Aunque EPM es la única empresa que ha iniciado la construcción de un proyecto importante de generación (PORCE III), no es dable esperar que toda la inversión futura recaiga en esta empresa o en ISAGEN. A lo anterior habría que agregar la difícil situación del país. De ahí que la seguridad energética futura depende, en buena parte, de la inversión privada, pero esta no se va a dar sin un clima de confianza para la inversión en el sector eléctrico. Este es el gran reto del actual gobierno, tomar las medidas que sean necesarias para recuperar la confianza perdida, sin destruir el esquema de mercado. De fracasar en este objetivo, el país sufrirá sus consecuencias, bien con el déficit en el suministro de energía o con un enorme sacrificio en la inversión social, como se hizo de forma recurrente en el pasado.