Educación para la mayoria de edad

Adorno: la exigencia hacia la mayoría de edad parece comprensible de suyo en una democracia. Quisiera referirme para aclararlo solo al comienzo del muy breve ensayo de Kant que lleva por título Respuesta a la Pregunta: ¿Qué es la Ilustración? Allí define él la minoría de edad e implica también la ma...

Full description

Autores:
Adorno, Theodor Wiesengrund
Becker, Hellmut
Jaramillo Vélez, Rubén
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
1994
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/29713
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/29713
http://bdigital.unal.edu.co/19761/
Palabra clave:
educación
ilustración
mayoría de edad
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:Adorno: la exigencia hacia la mayoría de edad parece comprensible de suyo en una democracia. Quisiera referirme para aclararlo solo al comienzo del muy breve ensayo de Kant que lleva por título Respuesta a la Pregunta: ¿Qué es la Ilustración? Allí define él la minoría de edad e implica también la mayoría de edad en la medida en que afirma que de esta minoría es culpable el hombre mismo cuando las causas de ella no radican en una deficiencia del entendimiento sino de la decisión y el valor de servirse de él sin la dirección de otro. "La ilustración es la salida del hombre de su condición de menor de edad de la que él mismo es culpable". A mí me parece este programa de Kant al que no se podrá reprochar falta de claridad ni siquiera con la más mala voluntad todavía extraordinariamente actual hoy. La democracia descansa en la formación (expresión) de la voluntad de cada uno tal y como se resume en la institución de la elección representativa. Si de ello no ha de resultar la no razón es que se presuponen la capacidad y el valor de cada uno de servirse de su entendimiento. Si uno no se mantiene firme en esto toda alusión a la grandeza de Kant se vuelve mera palabrería, hipocresía; como cuando a uno se le llama la atención sobre el Gran Elector en la avenida de la victoria. Si se toma en serio el concepto de una tradición espiritual alemana se debe trabajar lo más enérgicamente en sentido contrario.