Del imperio del estado confesional a la Constitución de 1991: Confesionalidad, laicidad o pluri-religiosidad en el caso colombiano

En la presente investigación doctoral se quiso probar que la Constitución colombiana no es laica. Contiene una apuesta constitucional pluri-religiosa que no es neutral frente al tema de dios y avala la protección de un dios que reconoce la diversidad religiosa y que se denomina el dios ilustrado pue...

Full description

Autores:
Amaya González, Renata Inés
Tipo de recurso:
Doctoral thesis
Fecha de publicación:
2018
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/69627
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/69627
http://bdigital.unal.edu.co/71661/
Palabra clave:
200 - Religión
340 - Derecho
Dios ilustrado
Constitución creyente
Laicidad
Confesionalidad
Pluri-religiosidad
Matrimonio igualitario
Adopción para todos los ciudadanos
Enlightened God
Believer constitution
Separation between church and state
Secularity
Pluri-religious approach
Equal marriage
Adoption for all citizens
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:En la presente investigación doctoral se quiso probar que la Constitución colombiana no es laica. Contiene una apuesta constitucional pluri-religiosa que no es neutral frente al tema de dios y avala la protección de un dios que reconoce la diversidad religiosa y que se denomina el dios ilustrado pues los valores y principios en que se inspira son propios del iusnaturalismo racional e histórico, coincidiendo con aquellos que trajo el proceso de la ilustración propio de la modernidad y siendo esta corriente el punto de unión entre la Carta de 1886 y la de 1991. Así pues, se entiende que la Carta de 1991 es una carta creyente en el dios ilustrado y que Colombia pasó de ser un estado fundado en el poder de dios, a uno en el poder del pueblo, con legitimidad en la protección supra-legal del dios ilustrado. El dios ilustrado no crea una constitución laica, sólo evidencia que los principios y valores ilustrados deben ser garantizados constitucionalmente. El dios ilustrado, a través de sus guardianes, los magistrados de la Corte Constitucional, debe luchar constantemente contra el poder de la voluntad popular, con el único propósito de hacer prevalecer los valores y principios de la Carta, la dignidad humana y los derechos fundamentales, tal como se ha hecho tangible en los casos del matrimonio igualitario y de la adopción para todos los ciudadanos y ciudadanas. (texto tomado de la fuente)