Éxtasis festivo y piedad pública. Celebraciones religiosas en la Villa de la Candelaria de Medellín, 1766-1829
En el mundo del Antiguo Régimen, la piedad movía el alma de las personas para servir y reverenciar a Dios. Era una dimensión espiritual profunda de las sociedades católicas y se encontraba vinculada a todo un abanico de fiestas, ceremonias y rituales sagrados. Tenía fuertes vinculaciones con la devo...
- Autores:
-
Vélez Pérez, Luis Felipe
- Tipo de recurso:
- Fecha de publicación:
- 2018
- Institución:
- Universidad Nacional de Colombia
- Repositorio:
- Universidad Nacional de Colombia
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repositorio.unal.edu.co:unal/69264
- Acceso en línea:
- https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/69264
http://bdigital.unal.edu.co/70900/
- Palabra clave:
- 99 Historia general de otras áreas / History of ancient world; of specific continents, countries, localities; of extraterrestrial worlds
Holocaustos festivos
Estado de Antiquia
Celebraciones religiosas
Villa de la Candelaria
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Summary: | En el mundo del Antiguo Régimen, la piedad movía el alma de las personas para servir y reverenciar a Dios. Era una dimensión espiritual profunda de las sociedades católicas y se encontraba vinculada a todo un abanico de fiestas, ceremonias y rituales sagrados. Tenía fuertes vinculaciones con la devoción, esa expresión de fe y adoración reverencial que implicaba generalmente un culto, un sacrificio o una forma de exteriorización del sentimiento religioso. Ambos aspectos permitían distinguir las características exclusivas de las prácticas sagradas frente a la ritualidad particular de otros fenómenos, como lo cívico o lo político, por ejemplo. Justamente en la experiencia de lo sagrado se compaginaron la piedad y la devoción para materializar su virtud fundamental: vincular a las personas, los colectivos y las sociedades con lo divino. Más allá de las consideraciones sociológicas, en este trabajo se analizan los caminos y los modos como se expresaron estos aspectos en la Villa de Medellín en el tránsito del periodo colonial al establecimiento de la República. Este planteamiento tiene otras variables, puesto que las devociones piadosas implicaron la manifestación de comportamientos y prácticas profanas, con las que las personas exteriorizaron sentimientos de alegría, éxtasis y devoción. Valiéndose muchas veces del derroche, la belleza y el esplendor que podían brindar o encontrar en una ceremonia religiosa, se jugaron la consecución de sus intereses y deseos particulares a través de la simbología y la trascendencia de las fiestas. Las expresiones de fe en la Villa fueron volcándose hacia una espectacularidad genuina a medida que la localidad se iba transformando en una población más influyente, destacada y con más personas en el contexto de la Provincia de Antioquia. Entre finales del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX, las celebraciones y los rituales sagrados permitieron a los habitantes de Medellín manifestar una multiplicidad de pasiones, sentimientos, deseos e intereses terrenales y celestiales, con los que se enfrentaron a sus circunstancias históricas. De allí que el poder, el reconocimiento, el prestigio, la zozobra, la ambición, la alegría y una diversa gama de placeres mundanos pudieran verse reflejados en el juego de simbologías complejas que involucraban las fiestas. Gente de vida non sancta y fieles con las más destacadas virtudes morales de un buen cristiano participaron conjuntamente en las celebraciones religiosas que tuvieron lugar en la Villa de Medellín entre 1766 y 1829. Este texto se compone de ocho capítulos. Los dos primeros abordan algunas de las principales festividades que se hicieron para celebrar al Santísimo Sacramento del altar. El primero corresponde al Corpus Christi, fiesta exterior, y el segundo a tres holocaustos festivos1 o renovaciones del Amo Sacramentado, fiestas fundamentalmente realizadas en el interior del templo. El tercero y el cuarto corresponden a las celebraciones de las dos principales vírgenes que fueron festejadas en la Villa: la Inmaculada Concepción, patrona de España, y la Candelaria, patrona local. Un pequeño análisis San José, patrono del rey, San Juan Bautista, patrono de la Villa, y San Francisco de Borja, patrono jurado de la misma, se halla en el quinto capítulo. El que sigue es también un corto análisis sobre la Semana Santa en la localidad, principalmente a partir de las diputaciones de los estandartes de Jueves y Viernes Santo. Asimismo, en el séptimo se abordan las principales rogativas celebradas en la población, puesto que constituyeron uno de los medios por excelencia para exteriorizar la piedad pública. El último capítulo hace referencia a un estudio de los rituales cívicos y religiosos, vistos a través de las erogaciones de la masa de propios del Cabildo. Además de los capítulos, en la introducción se establecen algunos problemas y objetivos de trabajo, se presentan el marco teórico y el estado del arte, se reflexiona sobre la ciudad y lo sagrado y, finalmente, se ubica contextualmente el Valle de Aburrá y la Villa de Medellín entre 1766 y 1829. Algunas páginas al final del texto recogen conclusiones derivadas del trabajo, aunque es principalmente el lector quien, leyendo el contenido, puede establecer mejor los alcances y las limitaciones de la investigación. |
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