Textos: Discurso de S. S. el papa Pio XII ante los delegados Al X congreso internacional de ciencias históricas celebrado en Roma (7 de septiembre de 1955)

N. de la D.—Por tratarse de un documento pontificio que define la posición de la Iglesia Católica en orden a los estudios históricos« d a­mos la versión española sobre el texto francés (Ciudad del Vaticano, Tipografía Poliglotta Vaticana , s. d .) , remitido atentamente por núestro distinguid o amig...

Full description

Autores:
Antelo Iglesias, Antonio
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
1957
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/63240
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/63240
http://bdigital.unal.edu.co/63453/
Palabra clave:
02 Bibliotecología y ciencias de la información / Library and information sciences
2 Religión / Religion
26 Teología social y eclesiástica / Christian organization, social work and worship
27 Historia del cristianismo y de la iglesia cristiana / History of Christianity
28 Confesiones y sectas cristianas / Christian denominations
Papa Pio XII
Ciencias históricas
Roma
Archivos vaticanos
Iglesia católica
Cristianismo
Protestantismo
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:N. de la D.—Por tratarse de un documento pontificio que define la posición de la Iglesia Católica en orden a los estudios históricos« d a­mos la versión española sobre el texto francés (Ciudad del Vaticano, Tipografía Poliglotta Vaticana , s. d .) , remitido atentamente por núestro distinguid o amigo D. Eloy Benito Ruano, profesor de Historia en la Universidad de Madrid y delegado español a l citado Congreso. “ Habéis querido, señores, venir a Nos en gran núm ero para visitarnos con ocasión del X Congreso Internacional de Ciencias Históricas: os acogemos con alegría y convencidos de que este acontecimiento reviste una alta significación, pues nunca, quizá, se ha congregado en Roma, en el centro de la Iglesia y en la morada del Papa, un grupo tan ilustre de sabios historiadores. Por otra parte, no tenemos de ningún modo la impresión de encontramos con desconocidos o extranjeros. Muchos de vosotros, en efecto, habrán figurado entre los millares de historiadores que han trabajado en la Biblioteca o los Archivos Vaticanos, abiertos desde hace setenta y cinco años exactamente. Pero, además, vuestra actividad de investigadores o profe­ sores le habrá dado oportunidad a la mayoría de vosotros — si no a todos— de entrar en contacto de alguna manera con la Iglesia Católica y el Papado. “Aunque sea la historia una ciencia antigua, fue necesario aguardar hasta los Últimos siglos, a que se desarrollara la crítica histórica para que alcanzase su perfección actual. Gracias a la exigencia rigurosa de su método y al celo infatigable de sus especialistas, podéis ufanaros de conocer el pasado más detalladamente y de juzgarlo con más exactitud que cualquiera de vuestros antecesores. Este hecho subraya aún mas Ia importancia que Nos atribuimos a vuestra presencia aquí. La historia se clasifica entre las ciencias que tienen con la Iglesia estrechas relaciones; a tal punto que no hemos podido dirigiros Nuestro saludo de bienvenida sin mencionar tal hecho casi involuntariamente. La Iglesia Católica es en sí misma un hecho histórico; atraviesa la historia de los dos últimos milenios como una poderosa cadena de montañas, y cualquiera que sea la actitud que se adopte al respecto, se hace imposible, por tanto, evitarlo. Muy variados son los juicios acerca de ella : van de la total aceptación al rechazo más decidido. Pero sea cual fuere el veredicto fin al del historiador, cuya tarea consiste en ver y exponer — como han sucedido, hasta donde sea posible— los hechos, acontecimientos y circunstancias, la Iglesia cree poder esperar de él se informe, en todo caso, de la conciencia histórica que posee de sí misma, es decir, del modo como se considera ‘hecho histórico’ y, así, su relación con la historia humana. “ Sobre esta conciencia que la Iglesia muestra de sí misma, quisiéramos hablaros citando hechos, circunstancias y concepciones que Nos parecen de una significación fundamental.