Ecce homo in arti; o de cómo se expresa lo que se es en clave estética
Ecce homo in arti. O de cómo se expresa lo que se es en clave estética, debe su origen a la peculiar autobiografía de Nietzsche, Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es. Pero más allá del jugueteo con la forma de intitular, este escrito encuentra en el pensamiento nietzscheano una ruta de escape...
- Autores:
-
Vargas Losada, Brian Andrés
- Tipo de recurso:
- Fecha de publicación:
- 2018
- Institución:
- Universidad Nacional de Colombia
- Repositorio:
- Universidad Nacional de Colombia
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repositorio.unal.edu.co:unal/69478
- Acceso en línea:
- https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/69478
http://bdigital.unal.edu.co/71308/
- Palabra clave:
- 1 Filosofía y psicología / Philosophy and psychology
77 Fotografía y fotografias / Photography and computer art
Paradoja
Tragedia
Representación artística
Imitación
Placer/displacer
Experiencia estética
Catarsis
Perspectivismo
Paradox
Tragedy
Artistic representation
Imitation
Pleasure/unpleasant
Aesthetic experience
Catharsis
Perspectivism
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Summary: | Ecce homo in arti. O de cómo se expresa lo que se es en clave estética, debe su origen a la peculiar autobiografía de Nietzsche, Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es. Pero más allá del jugueteo con la forma de intitular, este escrito encuentra en el pensamiento nietzscheano una ruta de escape a la paradoja de la tragedia. Con ella, en efecto, viene de la mano el interrogante que da vida a la presente indagación, a saber: ¿por qué el ser humano se place con la representación artística, u obra de imitación, de algo cuya presentación en la realidad le es desagradable? No obstante, de manera más particular, se trata del porqué del placer trágico. Y es que, debido a la noción aristotélica de tragedia, bien puede decirse, agarra bríos una pesquisa con aspiraciones genéricas. Ciertamente, antes de aquella sólo se deambulaba con una inquietud fundada en la experiencia cotidiana, cuyo desencadenante resultó ser otra vez Aristóteles. De modo similar a la invitación socrática a Protarco –mencionada un par de páginas atrás–, aquí al lector le corresponde traer a su mente y, con mayor énfasis, a su sensibilidad, lo que ocurre al contemplar espectáculos trágicos –o, al menos, representaciones artísticas afines–. Mientras que, por otro lado, a este escrito corresponde la nada fácil labor de captar allí el tipo de afección que se produce. Sin lugar a duda, acá se tratará de dar luces sobre el porqué de la complacencia con la representación artística de lo desagradable, molesto e incómodo que hay en esta interminable serie de choques de trenes. |
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