Comercio, género y equidad en América Latina: Generando conocimiento para la Acción Política: Estudio comparativo de la “economía del cuidado” en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Uruguay

Las desigualdades de género se originan en la división sexual del trabajo que asigna a las mujeres a la esfera de la reproducción en el ámbito de lo privado y no remunerado y los hombres a la esfera de la producción en el ámbito de lo público y remunerado. Ello, históricamente, ha fundamentado la de...

Full description

Autores:
Salvador, Soledad
Tipo de recurso:
Book
Fecha de publicación:
2007
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/51458
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/51458
http://bdigital.unal.edu.co/45571/
Palabra clave:
3 Ciencias sociales / Social sciences
33 Economía / Economics
36 Problemas y servicios sociales, asociaciones / Social problems and social services
Economía del Cuidado
Relaciones de Género
Comercio Internacional
Políticas Públicas
Equidad de Género
Política Laboral
Trabajo No Remunerado
División Sexual del Trabajo
Estadísticas Sociales
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:Las desigualdades de género se originan en la división sexual del trabajo que asigna a las mujeres a la esfera de la reproducción en el ámbito de lo privado y no remunerado y los hombres a la esfera de la producción en el ámbito de lo público y remunerado. Ello, históricamente, ha fundamentado la definición de identidades y de proyectos de vida diferenciados para ambos sexos y ha justificado la distribución asimétrica y desigual del poder y los recursos. En los últimos años, desde la economía feminista, se ha puesto énfasis en el estudio de la llamada “economía del cuidado” que refiere al espacio donde la fuerza de trabajo es reproducida y mantenida, incluyendo todas aquellas actividades que involucran las tareas de cocina y limpieza, el mantenimiento general del hogar y el cuidado de los niños, los enfermos y las personas con discapacidad. Un componente importante de esa economía del cuidado está a cargo de las familias (en regímenes de bienestar de corte “familista” como los que imperan en América Latina) y, en su interior, son las mujeres las que históricamente se han encargado de desarrollar esas tareas en forma no remunerada. Ello se complementa con los servicios provistos por el sector público y privado que componen la economía del cuidado remunerada. Y, también, con los servicios que provee la comunidad y las ayudas informales entre hogares que forman parte de la economía remunerada y no remunerada. La forma en que se organiza la provisión de cuidado en la sociedad tiene importantes consecuencias para la igualdad de género, ya sea porque se incrementen las capacidades y opciones de las mujeres y los hombres, o se perpetúe el confinamiento de las mujeres a las funciones tradicionales de cuidado. A su vez, el cuidado (remunerado y no remunerado) es fundamental tanto para el bienestar humano, como para el desarrollo económico y social. Es un componente central en el mantenimiento y desarrollo del tejido social, tanto para la formación de capacidades como para su reproducción. La formulación de políticas públicas no debe ignorar sus impactos sobre la economía del cuidado. El Informe de Desarrollo Humano (1999) advierte acerca de los impactos que el proceso de globalización (y las políticas que los Estados implementan para profundizar ese proceso) está ejerciendo sobre la provisión de cuidado desde las familias, el mercado y el Estado. Su conclusión es que dicho proceso está tensionando a estos actores por diversas razones. Por un lado, porque la intensificación de las presiones competitivas tiende a transformar las formas de trabajo así como las modalidades de contratación. La precarización de las relaciones laborales, los bajos salarios, el desempleo y la informalidad reducen el acceso a servicios de cuidado de calidad. A su vez, se consolida el paradigma de “trabajador ideal” como aquel que se ocupa a tiempo completo e incluso trabaja horas extras, y destina muy poco tiempo a las tareas de mantenimiento físico del hogar y cuidado de las personas dependientes. Ello ha restringido el tiempo que disponen hombres y mujeres para proveer cuidado no remunerado, junto con una mayor participación laboral de las mujeres. Por otra parte, la calidad de los servicios que ofrece el sector privado también se ve comprometida por presiones competitivas, y la oferta de servicios públicos es tensionada por las presiones fiscales. El déficit en la provisión de cuidado afecta la acumulación de capital social, lo cual impacta en el propio funcionamiento del sistema económico y tendría consecuencias para el aprovechamiento de las oportunidades de crecimiento y desarrollo. En particular, la Red Internacional de Género y Comercio está preocupada por los efectos tanto de las políticas comerciales como del conjunto de estrategias que se desarrollan en el marco de procesos de liberalización comercial que tienen efectos directos o indirectos en la economía del cuidado (remunerada y no remunerada) y, en consecuencia, en las opciones de vida que afectan el bienestar de hombres y mujeres. En el presente trabajo se recogen las principales características de la economía del cuidado en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Uruguay. El propósito es indagar acerca de la oferta de servicios de cuidado y sus cambios durante los años noventa, las normas que regulan el acceso a esos servicios y aquellas que ayudarían a conciliar la vida familiar y laboral. También se presenta la información que hay disponible sobre la distribución de roles al interior del hogar y las ayudas informales que se realizan entre hogares o desde la comunidad para resolver las necesidades de cuidado. El estudio de la configuración de la economía del cuidado busca contribuir al diseño de políticas conscientes de las diferencias de género y orientadas a reducir o eliminar dichas desigualdades.