Las prefiero a ellas construyendo la paz

“Si prefiero las mujeres a los hombre es porque ellas tienen la ventaja de ser más desequilibradas, es decir, más complicadas, mas perspicaces y más cínicas, por no hablar de esa misteriosa superioridad que confiere una esclavitud milenaria”. Ciorán. En parte coincido, y en parte no, con el citado a...

Full description

Autores:
Concha Sanz, Tomás
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
1998
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/53191
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/53191
http://bdigital.unal.edu.co/47718/
Palabra clave:
3 Ciencias sociales / Social sciences
36 Problemas y servicios sociales, asociaciones / Social problems and social services
Mujeres Constructoras de Paz
Cultura de la Paz
Participación de la Mujer en Procesos de Paz
Democracia
Respeto
Guerra
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:“Si prefiero las mujeres a los hombre es porque ellas tienen la ventaja de ser más desequilibradas, es decir, más complicadas, mas perspicaces y más cínicas, por no hablar de esa misteriosa superioridad que confiere una esclavitud milenaria”. Ciorán. En parte coincido, y en parte no, con el citado aforismo de Ciorán. Prefiero a las mujeres sí, no cabe duda, no sólo por toda la belleza que su ser físico y espiritual le da al mundo, sino por la forma extraordinaria como implican e inducen a la paz. Prefiero a las mujeres, también, por su capacidad de resistir, crecer y crear en medio de un mundo masculinizado en su más insensato sentido: de fuerza, violencia e insensatez. Y prefiero a las mujeres, no cabe duda, por su encantador desequilibrio, por saber mezclar el trabajo con el encanto, la risa con la energía, el amor con la pasión, justamente por ese indiscutible cinismo a que hace referencia Ciorán. No creo eso sí, en la mencionada complicación femenina. Y tal vez la mayor muestra de ello, aunque suene exageradamente trivial, es que las mujeres no usan corbatas.