Electrones, cuantos, transistores, láseres y bits cien años de camino a la libertad

La historia tiene extensas raíces que se pierden en las profundidades de la curiosidad humana, en nuestro anhelo por comprender y el arraigado impulso por dominar el entorno para garantizar nuestra supervivencia.  Kepler, Galileo, Descartes y Newton, rompen un esquema milenario y brindan a la humani...

Full description

Autores:
Solarte Rodríguez, Efraín
Orozco Díaz, Paulo
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
1990
Institución:
Universidad Nacional de Colombia
Repositorio:
Universidad Nacional de Colombia
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.unal.edu.co:unal/44842
Acceso en línea:
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/44842
http://bdigital.unal.edu.co/34941/
Palabra clave:
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Description
Summary:La historia tiene extensas raíces que se pierden en las profundidades de la curiosidad humana, en nuestro anhelo por comprender y el arraigado impulso por dominar el entorno para garantizar nuestra supervivencia.  Kepler, Galileo, Descartes y Newton, rompen un esquema milenario y brindan a la humanidad una visión diferente del mundo. Sobre ella y con las necesarias modificaciones e implicaciones filosóficas, científicas, políticas y económicas se cimenta la modernidad. James C. Maxwell, en una serie de trabajos que inicia hacia 1847, presenta en 1860 una teoría que permite unificar la electricidad, el magnetismo y la óptica. Su trabajo fue visto como un triunfo brillante de las ideas mecánicas. Casi medio siglo más tarde y luego del increíble remezón que permitió el rompimiento del esquema escolástico y su fundamento aristotélico, la humanidad parecía haber encontrado la explicación del Universo y una vez mas, como en la remota edad en la cual los Sabios se convencieron orgullosamente de su Sabiduría. Uno de los más famosos Físicos de la época proclama la meta final: perfeccionar las mediciones para añadir las últimas cifras decimales a las constantes universales que ya eran todas conocidas. Que equivocado estaba! Afortunadamente no debimos esperar otros dos mil años para llegar a esta conclusión.