Periódico 15 : Edición 70: Junio de 2005

Vendedores ambulantes con cara de espanto corren por el Paseo del Comercio desde la carrera 15 con sus mercancías en las manos. Forros para celulares, juguetes y radios despertadores caen pero nadie se devuelve por nada. La gente les abre espacio para que huyan. Los que están más arriba se enteran d...

Full description

Autores:
Betancur B., Juan Gonzalo
Virviescas Gómez, Pastor
Tipo de recurso:
http://purl.org/coar/resource_type/c_2fe3
Fecha de publicación:
2005
Institución:
Universidad Autónoma de Bucaramanga - UNAB
Repositorio:
Repositorio UNAB
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.unab.edu.co:20.500.12749/21312
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/20.500.12749/21312
Palabra clave:
Conflict
Culture
Environment
Politics
Economy
Conflict
Child abuse
Chronicle
Conflicto
Cultura
Medio ambiente
Política
Economía
Conflicto
Crónica
Área Metropolita de Bucaramanga
Maltrato infantil
Rights
License
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/co/
Description
Summary:Vendedores ambulantes con cara de espanto corren por el Paseo del Comercio desde la carrera 15 con sus mercancías en las manos. Forros para celulares, juguetes y radios despertadores caen pero nadie se devuelve por nada. La gente les abre espacio para que huyan. Los que están más arriba se enteran de lo que pasa y en 5 segundos recogen sus pertenencias y ya están corriendo con ellos. En esas se ven los policías que no tienen tanto afán. Una camioneta viene calle abajo a encontrarse con los vendedores, que van subiendo. De las calles aledañas aparecen más policías, también sin prisa. “Varias veces me he salvado; esta vez no creo”, me cuenta Diana Sánchez, quien finalmente pierde toda su empresa y su capital: $180 mil en forros para celular. Son las 10 y media de la mañana y el operativo termina con éxito. Algunas mujeres que han perdido sus cosas están a punto de llorar. Un hombre viejo reclama por su derecho al trabajo, pero la cosa no pasa a mayores porque todo el mundo sabe que una hora más tarde volverán los ambulantes y tres horas después vendrá otra vez la Policía a perseguirlos. Este es el Centro de Bucaramanga, en ocasiones sosegado y en otras inclemente, pero siempre una fuente de contrastes. Mientras los vendedores se lamentan de haber perdido sus mercancías, hombres con más suerte se ganan un bingo de un millón de pesos en la calle 37. Mientras justo ahora, en el moderno edificio La Triada, empresarios y funcionarios públicos podrían estar discutiendo el futuro de la ciudad con presentaciones en Power Point y cifras millonarias, en el edificio San Mateo, la antigua plaza de mercado, los tres grupos de recicladores pelean, a grito entero, sobre el espacio que cada uno tiene para guardar sus botellas de vidrio y sus kilos de cartón. Así es todo aquí.