Periódico 15 : Edición 73: Julio de 2005

Mauricio Albarracín lleva cuatro, de sus 22 años, trabajando a favor de la igualdad de los derechos de los Lgbt (lesbianas, gays, bisexuales y trangeneristas o travestis). Este estudiante de último semestre de Derecho de la Universidad Industrial de Santander (UIS) es uno de los 75 activistas de las...

Full description

Autores:
Virviescas Gómez, Pastor
Betancur B., Juan Gonzalo
Tipo de recurso:
http://purl.org/coar/resource_type/c_2fe3
Fecha de publicación:
2005
Institución:
Universidad Autónoma de Bucaramanga - UNAB
Repositorio:
Repositorio UNAB
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.unab.edu.co:20.500.12749/21307
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/20.500.12749/21307
Palabra clave:
Conflict
Culture
Environment
Politics
Economy
Sports
Philanthropy
Sexual diversity
Infrastructure
Conflicto
Cultura
Medio ambiente
Política
Economía
Deportes
Filantropía
Diversidad sexual
Infraestructura
Área Metropolita de Bucaramanga
Rights
License
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/co/
Description
Summary:Mauricio Albarracín lleva cuatro, de sus 22 años, trabajando a favor de la igualdad de los derechos de los Lgbt (lesbianas, gays, bisexuales y trangeneristas o travestis). Este estudiante de último semestre de Derecho de la Universidad Industrial de Santander (UIS) es uno de los 75 activistas de las diferentes organizaciones de Bucaramanga que trabajan por la igualdad de derechos de esta población y una de las 350 personas que marcharon en el Día del Orgullo Gay por las calles de la ciudad, el 28 de junio pasado. Dice que entró al Grupo Género y Sexualidad de la UIS “por rabia. Por las injusticias que veía contra los homosexuales en Bucaramanga”. Hace 5 años decidió “salir del clóset” y explica que “cuando se es diferente al patrón común de las personas hay reacciones negativas y otras que sorprenden, pero en mi caso la reacción de los que me rodeaban fue positiva, recibí un apoyo importante y lo mejor fue el conocimiento propio”. Sin embargo, su caso es diferente al de muchos homosexuales que viven a diario la represión, discriminación y la agresión. Fabio Rodríguez sufrió en carne propia la homofobia: “Tenía mi salón de estética y belleza en una casa de alquiler en el barrio Provenza pero los vecinos hablaron con el dueño del inmueble y pasaron cartas porque hice dos fiestas con mis amigos gays y eso, según ellos, es algo inmoral”.