Periódico 15 : Edición 3: Junio de 2002

Las paredes del lugar son blancas, inmaculadas. En el flanco derecho cuelga un mensaje en icopor rojizo que reza: “Santidad a Jehová”. El domingo, bordeando el mediodía, cerca de 70 personas cantan en la Iglesia Cristiana Wesleyana que, por su fisonomía, luce como un supermercado y no un centro reli...

Full description

Autores:
Gómez Nadal, Francisco
Gómez Benito, Isabel
Betancur B., Juan Gonzalo
Tipo de recurso:
http://purl.org/coar/resource_type/c_2fe3
Fecha de publicación:
2002
Institución:
Universidad Autónoma de Bucaramanga - UNAB
Repositorio:
Repositorio UNAB
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.unab.edu.co:20.500.12749/21606
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/20.500.12749/21606
Palabra clave:
Conflict
Culture
Environment
Politics
Economy
Prostitution
Religious cults
Chronicle
Accident rate
Hog farms
Conflicto
Cultura
Medio ambiente
Política
Economía
Cultos religiosos
Prostitución
Crónica
Accidentabilidad
Área Metropolita de Bucaramanga
Granjas porcícolas
Rights
License
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/co/
Description
Summary:Las paredes del lugar son blancas, inmaculadas. En el flanco derecho cuelga un mensaje en icopor rojizo que reza: “Santidad a Jehová”. El domingo, bordeando el mediodía, cerca de 70 personas cantan en la Iglesia Cristiana Wesleyana que, por su fisonomía, luce como un supermercado y no un centro religioso. Allí, en la carrera 22 con calle 104 del barrio Provenza, a esa hora asisten hombres casados, mujeres de trajes largos, damas solteras, niños con bombombunes, bebés durmiendo y hasta novatos en estos asuntos, como Andrés: “Soy de Valledupar y es la primera vez que vengo. En estos momentos no estoy estudiando”, asegura, con tono quejumbroso, este joven de 16 años cuando se le interrumpe. Andrés se ubica en la parte de atrás de un salón con capacidad para más de 200 personas y con cuatro ventiladores sujetos al techo. Ala entrada, una señora de atuendo anaranjado hasta los tobillos recibe a los fieles. Casi sin excepción, la mayoría llega con Biblia forrada en cuero. Los hombres lucen idénticos: camisa verde pálido y corbata azul topacio. Samuel Logreira, uno de ellos, saluda efusivamente. Es el presidente del Grupo de Jóvenes, uno de los comités de este grupo no profesante de la fe católica, con 25 años en Bucaramanga: uno de los 62 existentes en el país, según el último estudio del Departamento de Doctrina y Ecumenismo de la Conferencia Episcopal de Colombia.