Concentración Camacho Carreño Carrera 9a. Calles 37 a 41

La concentración escolar Camacho Carreño fue fundada el 14 de febrero de 1952 y desde de sus albores ha estado entre los más notorios establecimientos educativos oficiales de la capital santandereana. La ‘Camacho’, como familiarmente le llaman sus alumnos, adoptó los nombres y los apellidos de un re...

Full description

Autores:
González de Cala, Marina
Tipo de recurso:
http://purl.org/coar/resource_type/c_8a7e
Fecha de publicación:
1980
Institución:
Universidad Autónoma de Bucaramanga - UNAB
Repositorio:
Repositorio UNAB
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.unab.edu.co:20.500.12749/21586
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/20.500.12749/21586
Palabra clave:
Santander Photographic Archive ARFOS
Photographs
Photographic archives
Archives audiovisual
Image archives
Colombian history
Colleges
Architecture
Fotografías
Archivos fotográficos
Archivos audiovisuales
Archivos de imágenes
Archivo Fotográfico de Santander ARFOS
Historia colombiana
Colegios
Arquitectura
Bucaramanga (Santander, Colombia)
Rights
License
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/co/
Description
Summary:La concentración escolar Camacho Carreño fue fundada el 14 de febrero de 1952 y desde de sus albores ha estado entre los más notorios establecimientos educativos oficiales de la capital santandereana. La ‘Camacho’, como familiarmente le llaman sus alumnos, adoptó los nombres y los apellidos de un reconocido político, escritor y licenciado en Ciencias Económicas, protagonista de la política de Colombia, quien había fallecido 12 años antes de la creación de esta institución: José Gabriel Camacho Carreño. El plantel, de manera curiosa, se construyó dos cuadras abajo de donde este gran orador había sido bautizado: el histórico Templo de San Laureano. De hecho, el plantel siempre ha estado en la calle 41 No. 8-15, del barrio Alfonso López. Se podría decir, de manera literal, que ‘media Bucaramanga del ayer’, cursó su primaria allí. Como no existían suficientes escuelas oficiales en ese entonces, todos querían un cupo. Eternas ‘colas’ hacían los padres de familia con miras a matricular a sus hijos por estos lados. Además, el plantel brillaba de manera particular por la enseñanza del español y de la oratoria.