Periódico 15 : Edición 2: Junio de 2002

Hace un mes se conoció la noticia que un nuevo arsenal, el cuarto en los últimos dos años, había entrado a Colombia. Lo componían 3.000 fusiles AK-47 y 5 millones de cartuchos calibre 7.62 que ingresaron en noviembre pasado por el puerto de Turbo (Urabá), camuflados entre pelotas plásticas que iban...

Full description

Autores:
Gómez Nadal, Francisco
Gómez Benito, Isabel
Betancur B., Juan Gonzalo
Tipo de recurso:
http://purl.org/coar/resource_type/c_2fe3
Fecha de publicación:
2002
Institución:
Universidad Autónoma de Bucaramanga - UNAB
Repositorio:
Repositorio UNAB
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.unab.edu.co:20.500.12749/21607
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/20.500.12749/21607
Palabra clave:
Conflict
Culture
Environment
Politics
Economy
Sports
Chronicle
Arms trafficking
Merchants
Conflicto
Cultura
Medio ambiente
Política
Economía
Deportes
Crónica
Comerciantes
Área Metropolita de Bucaramanga
Mariachi
Tráfico de armas
Rights
License
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/co/
Description
Summary:Hace un mes se conoció la noticia que un nuevo arsenal, el cuarto en los últimos dos años, había entrado a Colombia. Lo componían 3.000 fusiles AK-47 y 5 millones de cartuchos calibre 7.62 que ingresaron en noviembre pasado por el puerto de Turbo (Urabá), camuflados entre pelotas plásticas que iban en 23 contenedores que transportaba un barco de bandera panameña. Ese hecho recordó que los traficantes de armas tienen en esta guerra interna y en esta descomposición social un negocio redondo. Traficantes de todos los estilos. Grandes, como los que trajeron ese cargamento que terminó, al parecer, en manos de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Medianos, como los que traen armas al menudeo y por encargo para ciudadanos que argumentan su uso en la defensa personal (y que pueden vender en Bucaramanga, por medio millón de pesos, una pistola automática Pietro Beretta calibre 7.65). Y pequeños, que suministran armas hechizas (de fabricación casera) a delincuentes menores a precios irrisorios (desde 50 mil pesos en las calles de esta misma ciudad).