Periódico 15 : Edición 66: Abril de 2005

Parte de las victorias que el Plan Colombia obtiene en las selvas y campos del país contra el narcotráfico las está perdiendo en las calles de Estados Unidos. Mientras a punta del poderoso herbicida llamado glifosato se queman cultivos, y el Ejército y la Policía destruyen laboratorios, el valor de...

Full description

Autores:
Betancur B., Juan Gonzalo
Virviescas Gómez, Pastor
Tipo de recurso:
http://purl.org/coar/resource_type/c_2fe3
Fecha de publicación:
2005
Institución:
Universidad Autónoma de Bucaramanga - UNAB
Repositorio:
Repositorio UNAB
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.unab.edu.co:20.500.12749/21335
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/20.500.12749/21335
Palabra clave:
Conflict
Culture
Environment
Politics
Economy
Theater
Mass media
Mobility
Solar eclipse
Sex education
Conflict
Conflicto
Cultura
Medio ambiente
Política
Economía
Teatro
Medios de comunicación de masas
Movilidad
Educación sexual
Conflicto
Área Metropolita de Bucaramanga
Eclipse solar
Rights
License
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/co/
Description
Summary:Parte de las victorias que el Plan Colombia obtiene en las selvas y campos del país contra el narcotráfico las está perdiendo en las calles de Estados Unidos. Mientras a punta del poderoso herbicida llamado glifosato se queman cultivos, y el Ejército y la Policía destruyen laboratorios, el valor de la cocaína en el país del norte ha variado muy poco. Eso significa que el negocio allá sigue siendo tan rentable como siempre, sin importar las guerras que se libren por estos lados del mundo. El último informe de la Contraloría General de la República que analiza cómo se desarrolla este programa contra el narcotráfico, luego extendido al “terrorismo” (como llama el Gobierno Nacional a guerrilla y paramilitares), llega a esta conclusión: “Al menos a corto plazo, la erradicación del cultivo carece de contundencia en el logro de su objetivo final: disminuir el consumo mundial de cocaína”. Tanto veneno lanzado desde las avionetas que fumigan tampoco está acabando con el problema, sino que está obligando a que cambie de sitio, a que se cultive coca en más regiones de Colombia, en parcelas más pequeñas y difíciles de detectar.